jueves, 10 de febrero de 2022

LA COMUNICACIÓN Y LAS BUENAS RELACIONES

 

Déjame contarte una historia….

Un hombre está sentado en la mesa de un restaurante y tras leer la carta, decide pedir una sopa que tiene muy buena pinta. El camarero le sirve amablemente el plato y sigue con su trabajo.

Cuando vuelve a pasar cerca del cliente, éste le hace un gesto para que se acerque a la mesa y al acercarse, le pide que pruebe la sopa.

El camarero, sorprendido, le pregunta si la sopa no está rica o no es de su gusto.

A lo que el cliente insiste y vuelve a pedirle que pruebe la sopa.

En ese momento, el camarero se pone a pensar y se imagina que el problema puede ser que la sopa está fría y no duda en preguntárselo al comensal, en parte disculpándose y en parte preguntando.

El cliente, responde: “la sopa no está fría, ¿podría probarla, por favor?”

El camarero desconcertado decide intentarlo una última vez y le pide a su cliente que, por favor, le cuente qué le sucede a la sopa.

Si no está ni fría ni mala, ¿qué problema puede tener?

A lo que el hombre le responde que si quiere saber qué le pasa a la sopa, solo tiene que probarla.

El camarero se da por vencido y accede a probarla. Se sienta junto al caballero en la mesa y alcanza el plato.

Pero al ir a tomar la cuchara, echa la vista a un lado y otro de la mesa y se da cuenta de que… no hay cuchara.

“Eso es lo que le pasa a la sopa, que no me la puedo comer”.

¿Qué te ha parecido la historia?

Me gusta retomar este pequeño relato de vez en cuando porque creo que ofrece una lectura interesante.

Y es que muchas veces, y más en las relaciones, existe un problema de comunicación.

A veces porque no expresamos claramente lo que queremos decir o porque hacemos suposiciones muy alejadas de la realidad.

Como cuando una persona del trabajo no te dice claramente si una tarea está bien hecha y no tienes pistas de si debes mejorar o no.

O cuando tu pareja no te responde con la misma rapidez que antes y solo te contesta que “no le pasa nada”.

¿La cuestión?

Que en vez de llenar los huecos con las preguntas y las respuestas adecuadas, hay quien prefiere no decir claramente lo que está pasando.

Y finalmente, el mensaje nunca es lo suficientemente claro.

Es algo que puede darse en cualquier tipo de relación, ya sea personal, profesional, pero sobre todo puede evidenciarse en la relación de pareja.

Y es algo que en mi opinión puede afectar con el tiempo al vínculo romántico-afectivo-sexual que tienes hoy con tu pareja.

Lo bueno, es que cuando te das cuenta de ello, puedes cambiar y reconducir la situación para que un problema de comunicación no vaya siempre a más.

¿Cómo?

En mi opinión, lo mejor siempre es ser claro con lo que queremos decirle a la otra persona.

Si quieres una Buena Relación o un Buen Amor con una persona, pregunta cuando necesites respuestas y responde con claridad cuanto te pregunten para no imaginar lo peor (cuando en realidad es todo mucho más simple).

De hecho, me gustaría tratar las dudas sobre este punto dentro de una sesión de terapia  de pareja…

Ahora que es San Valentín, creo que es un tema sobre el cual es interesante reflexionar.

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Te adelanto que no va a ser un encuentro solo para tratar los problemas de pareja, sino para empezar a compartir sentimientos y emociones en común, algo que les permitirá desahogarse y, por lo tanto, se sentirán mejor.

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Recibe un abrazo de mi parte.

Rayan Muepaz

Psicólogo y Formador 'RID’

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