viernes, 25 de junio de 2021

TERAPIA DE PAREJA, ¿Cómo convencer a tu pareja de ir a terapia juntos?

 

Una relación de pareja no es siempre tan bonita como parece y a veces se presentan dificultades que debemos superar. Cuando la relación empieza a estacarse y a generar malestar es hora de replantearse en buscar ayuda e ir a terapia de pareja.

Muchas veces, las horas de trabajo extensas y la falta de comunicación empiezan a inundar la relación de falta de comprensión y empatía. A pesar de que la pareja sepa que la relación está empezando a estancarse, suele ser solamente uno de ellos el que propone ir a terapia de pareja. Es común que las mujeres sean las que den ese paso, ya que muchos hombres no consideran oportuno asistir a terapia de pareja.

La falta de comunicación suele ser el principal problema de las parejas que acuden a terapia, algo que les causa frustración personal, no obstante, la falta de comunicación solo es el antesala de un sinnúmero de situaciones que afrontan muchas de relaciones con problemas…

Comunicar a tu pareja la decisión de ir a terapia

Lo primero y lo más importante es comunicar a tu pareja cómo te sientes y cómo te encuentras con la relación. Es el primer paso ya que, ante un momento de tensión, es habitual que el otro miembro de la pareja no se lo tome bien y se sienta atacado.

Se claro, habla de tus sentimientos, de los cambios que has percibido o que quieres hacer y del porqué de la situación. Intenta no hacer responsable a tu pareja de esto y hazle saber que esta decisión la has tomado por el bien de la relación, ya que buscas mejorar ciertas falencias personales, pero que necesitas que ambos puedan mejorar. Si dos personas van a terapia convencidas, es mucho más probable que sus problemas se solucionen.

Si tu pareja acepta tu decisión y deciden ir a terapia, lo mejor es que escojan un terapeuta entre los dos. Si cada uno pone de su parte todo irá en aumento, poco a poco irán recuperando esos vínculos y será más fácil arreglarlo. Además, es importante escoger a un terapeuta con el que los dos se sientan cómodos al cien por cien.

Es importante tener en cuenta que si acuden a un especialista es para arreglar las cosas y poner solución a todo aquello que los está limitando. A pesar de saberlo, es normal que aparezcan reproches, situaciones en los que uno de los miembros haya estado mal, infidelidades, etc. Por ello, es mejor comentárselo a tu pareja, así llegarán a la terapia con otra actitud y no con una mentalidad de enjuiciamiento por las actitudes que hayan tenido en el pasado.

¿Cómo sabré que es el momento de ir a terapia?

Cuando dos personas quieren estar juntas porque se quieren, pero tienen problemas o situaciones que no les hacen disfrutar de la relación lo más recomendable de ir a terapia de pareja.

La mayoría de los terapeutas coinciden en que las parejas que llegan a su consulta suelen estar en un estado bastante crítico de la relación. Aun así, no está perdido. Hay situaciones como la infidelidad, la llegada de un hijo o un nuevo trabajo lo que desencadenan los problemas. Estas dificultades de la relación se pueden superar si las dos personas ponen de su parte.

Si en la relación siempre ha habido respeto y admiración (que suele ser lo que primero se pierde) es más probable que los problemas se puedan superar.

Por otro lado, si la pareja tiene un problema y quiere un cambio radical en el otro miembro o es una pareja muy diferente y con otros objetivos en la vida, es muy difícil que se pueda solucionar.

¿Qué hago si mi pareja no quiere ir a terapia?

Lo cierto es que cuando uno de los miembros de la pareja lo propone, el otro no suele aceptar de primeras. Es común que tengas que sacar el tema más de una vez para que tu pareja se decida a buscar ayuda. La mitad de las parejas que deciden ir a terapia solucionan sus problemas y siguen con su relación, y los que no, consiguen tener una buena ruptura y sin hacerse daño.

Consejos para convencerla

Para que la terapia sea efectiva hay que tener en cuenta que la persona no puede ir obligada, tiene que ir voluntariamente. Si la persona que acude no quiere ir, la terapia no valdrá para nada ya que hará caso omiso a todo lo recomendado por el terapeuta y no le hará entrar en razón.

Tampoco conviene forzarle ni chantajearle, si no lo quiere hacer que no lo haga. Es mejor que tarde tiempo en decidirse a ir, pero que cuando vaya sepa porque quiere ir y en que le beneficia.

Apreciado lector, estas son algunas recomendaciones para convencer a tu pareja a que acuda a terapia contigo:

A pesar de que se esté normalizando, tener prejuicios sobre ir al psicólogo es habitual. Para que tu pareja sepa que es bueno ir a terapia, lo recomendable es hablar con ella y comentarle las diferencias con la psiquiatría, los enfoques distintos que hay…

Al asistir a terapia con tu pareja empezarán a compartir sentimientos y emociones en común, algo que les permitirá desahogarse y, por lo tanto, se sentirán mejor.

Si tu pareja se niega a ir, puedes pedir ayuda a algún amigo o familiar cercano de confianza que tenga, para que así le convenza para ir a terapia. Al confiar en él tendrá más posibilidades de que le haga caso ya que verá las cosas desde otro punto de vista distinto al suyo y esto, le hará entrar en razón.

Lo normal es que tu pareja al final se acabe convenciendo de las ventajas que tiene ir a terapia y más si lo que sienten el uno por el otro sigue siendo fuerte, y si no quiere ir a terapia y habéis intentado todo lo posible puede ser que sea el momento de poner fin a la relación por mucho que cueste.

Recibe un abrazo de mi parte.

Psi. Rayan Muepaz

Director del Proyecto Nueva Psicología

Contactos:

https://linktr.ee/rayanmuepaz.rm


domingo, 20 de junio de 2021

ESTIGMA DE LAS ENFERMEDADES MENTALES, ¿Qué es y Cómo superarlo?

 

Seguramente has escuchado el termino estigma, cuando se habla de estigma se hace referencia al hecho de ver a una persona de forma negativa debido a un rasgo personal o característica distintiva, es decir, El estigma está asociado a la falta de conocimiento acerca de una situación u objeto en concreto, en este caso de las enfermedades mentales…

Por lo general quienes sufren alguna afección de salud mental son víctimas de creencias y actitudes negativas. Lo más lamentable es que el estigma puede originar discriminación.

Apreciado lector, si sufres de algún tipo de trastorno o problema de salud mental y con frecuencia eres víctima de comentarios o actitudes negativas, necesitas algunos consejos para superar la estigmatización.

El estigma puede ser evidente y directo, o también sutil y no intencional, y sus efectos pueden incrementar la afección que se padece.

Por eso, si identificas estigmatización hacia ti y notas que te está afectando, busca ayuda con un psicólogo para aprender a canalizar sus efectos.

Algunas consecuencias del estigma de las enfermedades mentales

Hay efectos que son nocivos, que pueden profundizar la enfermedad mental, algunos de ellos son:

Se origina una resistencia a buscar ayuda o tratamiento

La persona se autocensura, perdiendo oportunidades laborales, sociales, académicas, entre otras

Se producen reacciones violentas o agresivas

Creencia de que no se podrán superar los desafíos propios de la enfermedad mental

Sensación de incomprensión por parte de familiares, amigos y compañeros de trabajo.

Anteriormente te recomendamos que te apoyes en un profesional para superar los efectos del estigma, ten en cuenta que una opción es un psicólogo o profesional de la salud mental quien te ayudará a practicar estrategias para superar el estigma de las enfermedades mentales.

No dejes que el estigma te aísle

Ante la presencia o sospecha de una enfermedad mental, muchas personas prefieren guardar silencio y no compartir la preocupación por otros por miedo al estigma social.

Tal reacción puede agravar tu condición porque te niegas la posibilidad de apoyo y ayuda, llegando incluso a agravar dicha enfermedad.

No permitas que el estigma de las enfermedades mentales te aísle de tus familiares y amigos, comparte con ellos tu sospecha, e incluso tus temores, te ayudarán a buscar una solución y te acompañarán durante el proceso de tratamiento.

No te hagas “uno con tu enfermedad”

Sucede con frecuencia que la persona con enfermedad mental, debido al estigma que hay e incluso del cual puede ser víctima, se equipara con su enfermedad, generando malestar personal.

Es así como se escuchan expresiones como “soy bipolar”, cuando en realidad no existe ningún diagnóstico que compruebe que padece un trastorno bipolar.

Distinguir entre lo que se es y se padece ayuda a tener la fortaleza, la autoestima y la motivación necesaria para enfrentar la enfermedad mental y rechazar la estigmatización.

No dudes de ti y de tu potencial

El problema con los estigmas no radica en la creencia que tienen los demás, sino en que tú la aceptes y la haces tuya.

El estigma puede hacerte dudar sobre ti mismo, y tu potencial, pero tú tienes la posibilidad de despojarte de las dudas y saber que los síntomas que se presentan no definen tu personalidad, mucho menos tu calidad de vida.

Cuando lo ves desde una perspectiva más objetiva, puedes enfrentar la enfermedad y tener la disposición a seguir el tratamiento que te ayudará a controlar los síntomas y superar el problema de salud mental.

Conclusión

Te hemos presentado 3 consejos que te ayudarán a evitar que el estigma influya en tus decisiones y comportamiento.

Síguelos y de esa manera lograrás superar no solo el estigma mismo, sino también la enfermedad mental que padeces.

Recuerda que contar con los servicios psicoterapéuticos de un psicólogo es una buena opción, podrás recibir orientación y tratamiento adecuado para tu necesidad.

Recibe un abrazo de mi parte.

Psi. Rayan Muepaz

Fundador del Proyecto Nueva Psicología

Contactos:

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martes, 15 de junio de 2021

¿CÓMO SUPERAR UNA CRISIS DE IDENTIDAD?

 

¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde voy? ¿Quién soy? Estas son algunas preguntas que se puede llegar a hacer una persona que está sufriendo una crisis de identidad.

A veces las personas, mayoritariamente los adolescentes, pasan por periodos de incertidumbre personal con un punto tan alto de obsesión que causan una ansiedad prolongada.

¿Qué es la crisis de identidad?

Una crisis de identidad está caracterizada por una serie de pensamientos y de otros procesos cognitivos. Las personas que pasan por una crisis se cuestionan el sentido de la propia existencia, pensando en el pasado y en el futuro, sumándole así un malestar emocional.

Es común que una persona que está sufriendo una crisis se pregunte por qué está en el mundo, a dónde va o quién es. El no saber quiénes somos o a dónde vamos noss provoca una obsesión difícil de manejar.

Es frecuente que este tipo de crisis ocurran en adolescentes y jóvenes ya que son aquellos que aún están formándose y descubriendo su entorno y contexto, es decir, su personalidad y su rol aún no está definido.

A veces puede darse por factores externos como un divorcio o un despido de trabajo, y otras veces por factores internos, simplemente por estar en un momento en el que la persona no se siente ubicada y no sabe a dónde se dirige su vida.

La crisis de identidad suele ser pasajera, es más, es un desequilibrio emocional que si se trata bien puede llegar a hacer crecer a la persona de forma mental.

No obstante, si no se maneja bien puede llegar a producir un desequilibrio emocional difícil de controlar. En ese caso lo común es evaluar la existencia de problemas emocionales que sean la base de la crisis, como puede ser un trastorno del estado de ánimo.

¿Por qué se produce la crisis de identidad?

Como hemos mencionado antes, una crisis de identidad no dura un par de días, sino que es un periodo prolongado de tiempo en el que la persona se hace ese tipo de cuestiones sobre su existencia. El caso es que este tipo de crisis vital puede darse por diversos factores:

-Cambios inesperados: Un divorcio, una pérdida de un ser querido, un despido de trabajo, mudarse a otro país… Es decir, cambios fuertes que pueden desequilibrar mentalmente a la persona.

-Adolescencia: Es una etapa de cambios personales y físicos que muchos adolescentes no están preparados para afrontar. El ir a colegio, hacer nuevas amistades, integrarse en la sociedad y crear una nueva identidad son algunas tareas que le pueden resultar difíciles.

– Conocerse a sí mismo: Suele darse cuando la persona tiene que tomar una decisión importante y no se ve preparada porque no conoce sus valores personales y no es capaz de tomar una decisión con claridad. En ese momento se entra en bucle, ya que la persona siente que no sabe quién es y no sabe qué decisiones tomar por lo que entra en un conflicto consigo mismo.

Síntomas de una crisis de identidad

Aunque la crisis de identidad no se puede diagnosticar, ya que no es considerada un trastorno, si se puede observar su manifestación clínica cuando los pacientes acuden a consulta. A veces puede derivar en un trastorno como una depresión, por lo que es conveniente saber identificar los primeros rasgos.

Al no poder ser diagnosticada complica saber cuándo se está pasando por una situación así, pero entre los síntomas más comunes se encuentran:

Pensamientos negativos y distorsionados sobre su existencia. ¿Quién soy? Me siento desmotivado, nada tiene sentido, no quiero seguir viviendo…

Alto nivel de ansiedad debido a este tipo de pensamientos.

Intenta encontrar una respuesta, pero sin éxito, se siente perdido.

Siente un malestar continuo que no le permite hacer su vida de forma normal, es decir, no quiere salir, no puede estudiar o trabajar, no sabe tomar decisiones…

Todo le provoca una sensación de soledad y vacío.

No sabe lo que quiere y por ello no puede tomar decisiones.

Inestabilidad emocional. Un día bien y otro mal.

Sensación de no estar preparado para afrontar los cambios sobre su vida.

Consecuencias

El principal problema de sufrir una crisis de identidad es el malestar emocional que atraviesa el paciente, algo que puede incrementar la propia crisis. Está caracterizado por un sentimiento de tristeza constante, falta de ilusión, ansiedad y desesperanza. Es un sentimiento de negatividad que hace que todo se tiña de colores oscuros.

Además, esto se suele asociar a la irritabilidad de la persona, lo que puede dar lugar a problemas con su familia, amigos o pareja. También produce una alteración en la persona, en su funcionamiento diario, lo que puede conllevar a problemas laborales o si se trata de un adolescente, académicos.

Cuando una persona sufre una crisis vital lo más común es que esto se desencadene en ansiedad y depresión, por lo que es importante que acuda a un profesional rápidamente antes de que más áreas de su vida se vean afectadas. Para ello, es indispensable la ayuda de familia o amigos.

¿Cómo Superarla?

Cuando alguien pasa por una crisis de identidad lo mejor es darse tiempo, no es una tarea sencilla y requiere paciencia y esfuerzo. Para ello, mencionamos algunos consejos que puedes seguir:

Percibir la crisis como una oportunidad. Hay que ver el lado bueno de las cosas, las crisis son oportunidades que tienen las personas para evolucionar y aunque se pueda percibir de forma negativa, las crisis son buenas para conocernos a nosotros mismos y para darnos cuenta de la capacidad que tenemos para afrontar las cosas. Una crisis nos enseña nuevas formas de actuar entre otras cosas.

Ten confianza en ti mismo. Aceptarse y quererse porque eso es lo fundamental para poder afrontar momentos como estos que nos generen malestar.

Plantearse nuevos objetivos. Si esta situación ha hecho que perdieras la ubicación de tu vida y de tus objetivos es hora de agarrarlos de nuevo y perseguirlos. Aunque parezca complicado y de un poco de miedo, también puedes plantearte unos nuevos que siembren la motivación y den sentido a tu vida y a todo lo que hagas.

Autodescubrimiento. Lo mejor para estas situaciones es trabajar con un profesional para que nos ayude a conocernos a nosotros mismos y saber cuáles son nuestros valores, metas, ideales…

Aceptar los cambios. Hay que perder el miedo y afrontar esos cambios, ya que si no lo haces no podrás desarrollarte ni aumentar el bienestar emocional, te estancarás otra vez y esta vez será más complicado recomponerse.

Recibe un abrazo de mi parte.

Psi. Rayan Muepaz

Fundador del Proyecto Nueva Psicología

Contactos:

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jueves, 10 de junio de 2021

¿CÓMO GESTIONAR EL ESTRÉS SI ERES DOCENTE?

 

Después de más de un año de pandemia, la vida de las personas se ha llenado de una constante incertidumbre y además, los estudios confirman lo que muchos esperaban: el estrés y la ansiedad ha aumentado considerablemente.

La pandemia de la COVID-19 ha traído cosas positivas, pero también muchas cosas negativas, mayoritariamente en salud mental y emocional, en este caso de muchos docentes y educadores.

Muchos estudios internacionales declaran que los profesores se han visto envueltos en algunas situaciones que antes no habían vivido y eso les ha hecho generar más estrés de lo normal en su día a día. Entre las circunstancias que les ha creado estos altos niveles de estrés y ansiedad se encuentran: la adaptación rápida e inesperada de las clases online debido a la ausencia de las presenciales, la poca experiencia en las clases virtuales, la falta de feedback con los alumnos, la tardía planificación de los protocolos sanitarios y la ausencia de adaptación al puesto de trabajo para el personal vulnerable entre otros. Estos solamente son algunos de los motivos por los que a los docentes les ha afectado de forma muy negativa la crisis sanitaria.

Estrategias para profesores y educadores con altos niveles de estrés y ansiedad

Si eres profesor y no sabes cómo lidiar con el estrés y la ansiedad te dejamos unas pautas que puedes seguir:

1. Ante la sobrecarga de trabajo por las tareas y clases online, presenciales o semi-presenciales, lo más adecuado es organizar el trabajo de forma procesual, es decir, designar un tiempo determinado para las diversas actividades a cumplir, otra forma es trabajar en equipo, disminuir el número de reuniones y automatizar el proceso. Esto ayudará a que el trabajo sea más ameno, corto y sencillo.

2. Ante el miedo a la incertidumbre y al contagio lo mejor es una rutina self-care de autoprotección, es decir, realizar rutinas de ejercicio físico, actividades recreativas, actividades de relajación, ingesta abundante de agua, complementando con una alimentación saludable. Esto hará que te sientas más protegido ante el virus además de relajarte.

3. Ante la pérdida de interacción en el aula, algo bastante común que presenta una sensación de vacío y distanciamiento que perjudica la enseñanza, puedes generar presencia social, es decir, crear un espacio en Discord (https://discord.com/download) para intercambiar ideas con los alumnos y las familias, así prestarán más atención y habrá más nivel de participación.

4.  Ante la soledad y la dureza de las relaciones en el claustro de profesores, te recomendamos que compartas las incertidumbres o las preocupaciones con otros. Para ello resulta útil buscar espacios que te permitan generar Networking Profesional, es decir, conocer y apalancarse de las relaciones interpersonales…

5.  Ante la conexión digital. La pandemia ha hecho que los docentes tengan que responder correos constantemente sin importar la hora del día y estar conectados diariamente para resolver dudas. Para conseguir una desconexión tanto digital como mental puedes establecer un horario entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal que se puede llamar las 4D: descanso, dieta, deporte y diversión. De este modo tendrás tiempo para todo.

6.  Ante las barreras tecnológicas. Los escenarios actuales han hecho que los docentes tengan otra manera de dar clase y puede ser que las nuevas plataformas como Zoom, Meet, Classroom, dificulten esta tarea. Lo mejor es contactar con tu coordinador TIC y pedirle que te ayude a resolver las dudas tecnológicas dentro del horario laboral…

7. Ante la falta de retroalimentación o feedback por parte del alumnado en la nueva modalidad online, puedes pedir que conecten la cámara y el micrófono para poder interactuar satisfactoriamente y la clase sea lo más parecido a una clase presencial.

8. Ante la frustración por la desconexión con algunos alumnos o su falta de interés te aconsejamos que apliques estrategias de neuroeducación, educación virtual…sin embargo, y a pesar de todos tus esfuerzos no generan buenos resultados, debemos recordar que hay factores que no podemos controlarlos.

9.  Ante el desánimo y el pesimismo tanto laboral como emocional lo mejor es que acudas a un profesional de la salud mental y busques ayuda inmediatamente para poder intentar mejorar tu situación.

Recibe un abrazo de mi parte.

Psic. Rayan Muepaz

Fundador del Proyecto Nueva Psicología

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sábado, 5 de junio de 2021

PROFESIONES QUE GENERAN MAYOR ESTRÉS

En todo el mundo más de un 50% de los empleados padece estrés laboral. No obstante, no todos los trabajos son igual de angustiosos

El estrés se ha constituido como uno de los cimientos más representativos de la vida moderna. Según datos estadísticos de varios países exponen que un 59% de los trabajadores españoles sufren esta patología tan popular. Aunque hay fuentes que estiman el porcentaje en cifras mucho más elevadas. Además, es el responsable del 30% de las bajas laborales. Por estas razones, no cabe duda de que el estrés laboral se ha convertido en el fiel amigo de muchos trabajadores.

Estos datos son muy sorprendentes y preocupantes, pero… ¿De dónde emana ese nivel tan elevado de estrés? ¿Por qué las personas vivimos sumergidos en esta situación?

Factores que desencadenan situaciones de estrés

En realidad, esta problemática puede derivar de multitud de orígenes, pero la célebre consultora norteamericana CareerCast ha establecido una clasificación de los motivos más arraigados:

Salario y retribución

Presión de superiores en cuanto a períodos de entrega

Exigencias físicas

Desafíos por el puesto

Exigencias de viajar

Sector de la empresa (carácter de sector privado o público)

Interacción con el público

Condiciones ambientales

Riesgos vinculados para la propia vida

Amenazas del entorno

Progreso de la contratación para cada trabajo durante los próximos 10 años

En este sentido, son muchos los factores que pueden llevar a un trabajador a desencadenar esta situación. No obstante, los señalados con anterioridad, se han centrado en aspectos objetivos para que su aplicación sea apta para cualquier entorno y espacio laboral.

Top 10 de las ocupaciones más estresantes

Es cierto que, generalizar y definir cuáles son las profesiones más estresantes del mundo, no es justo, puesto que existen muchas variables distintas. Cabe la posibilidad de que, lo que en un lugar en concreto se considera una profesión estresante, no lo sea al mismo nivel en otro sitio, incluso dentro de una misma región. Entre otras razones, porque no todos estamos rodeados de los mismos jefes, compañeros, condiciones de trabajo, exigencias presiones, etc.

Por lo general, los empleos que mayor estrés generan en el mundo son los que se someten al autocuidado y protección. Aunque, en ocasiones, no dependen de la actividad en sí misma, sino de las condiciones en las que se tienen que realizar.  Si tienes curiosidad por conocer cuáles son las ocupaciones más estresantes del mundo por su propia naturaleza, sigue leyendo este artículo.

Peligro físico y atención al público

El riesgo o peligro parece estar en contacto directo con el nivel de estrés a tolerar en la práctica de una profesión. Al menos, es lo que se deduce de los 4 primeros puestos de la lista de trabajos más estresantes.

1.  Militares. Permanecer lejos del domicilio familiar y en zonas de guerra durante un largo periodo de tiempo puede ser un motivo traumático. A ello, se le añade el temor por su integridad física y la preparación para la guerra y estar en ella. En esta línea, se puede decir que un enfrentamiento armado es uno de los acontecimientos más angustiosos que se pueden experimentar. Se pueden sufrir heridas o ver víctimas, lo que puede producir ansiedad o estrés, en muchas ocasiones postraumático, ya que el afectado tiene que hacer frentes a una serie de duelos que son constantes. Hay datos que señalan que los militares en combate presentan índices elevados: “un 30% de ellos desarrollan problemas mentales dentro de los 3 a 4 meses de estar en casa”.

2. Bomberos. Por norma general, los bomberos, día a día, están expuestos a continuas amenazas serias, ya que arriesgan sus vidas por salvar y ofrecer la seguridad necesaria al resto de la población. Además, a ello hay que sumarle que gran parte de su trabajo se lleva a cabo najo circunstancias desconocidas, es decir que no tienen apenas control pero que hay muchas cosas en juego, como por ejemplo el incendio de un edificio, son conscientes de que tienen que salvar a personas, pero no saben a cuantas ni las condiciones a las que se van a enfrentar. También hay que añadir los cambios de turnos de última hora, ya que no les permite hacer planos por adelantado con su unidad familiar. Las emergencias no entienden de días ni horas, por lo que el cuerpo de bomberos debe estar siempre con la alarma activada y en alerta.

3. Piloto de avión. La mayoría de las personas piensan que el oficio de pilotar un avión es ideal, puesto que viajas de manera continua de un lugar a otro mientras que obtienes un sueldo considerable. No obstante, a pesar de esta creencia, el empleo de piloto de avión ocupa uno de los primeros puestos del ránking porque supone un nivel de responsabilidad y de gestión de situaciones muy elevado. Primero de todo, porque el hecho de ser el responsable de la seguridad de toda la tripulación es un empleo que puede llegar a provocar bastante presión porque solo se piensa en llegar sano y salvo al lugar de destino y todo ello depende, en su totalidad, del piloto y de su manejo con la aeronave. A ello, hay que sumar los cambios de última hora en los horarios, detalle que hace perder prestigio y dinero a la aerolínea. Asimismo, las largas jornadas de trabajo son largas por lo que la ausencia en el hogar es elevada, eso impide pasar tiempo con la familia.

4. Policía. Formar parte de la administración de seguridad ciudadano es una de las profesiones más estresantes. Se debe a que los cambios de residencia son constantes, las exigencias mentales y físicas son muy elevadas. Además, un policía debe hacer frente a conflictos diarios, y en su mayoría ha de poner en riesgo su vida por salvar la del resto. También influye la incertidumbre de las situaciones a las que se van a tener que enfrentar día a día (delincuentes, asesinatos, tiroteos, accidentes de tráfico…). Por otro lado, son víctimas de amenaza lo que puede provocar un estrés, agobio y otros problemas de salud con los que es necesario lidiar. Esto puede afectar al carácter del profesional. Por ello, es fundamental tomar conciencia de este problema e implantar equipos de ayuda psicológica y seguimiento de la salud mental.

Otra profesiones o actividades que guardan contacto directo con el mundo de la comunicación, publicidad y relaciones públicas. Aunque pueda resultar estúpido porque son profesiones atractivas, la realidad es que son de las más estresantes.

Organizador/a de eventos. Llevar a cabo la coordinación de grandes eventos o espectáculos, puede ser una profesión muy estresante, sobre todo cuando las cosas empiezan a ir mal.

En este contexto, un creador de eventos está expuesto, en todo momento, a los juicios públicos. De ahí que tengan uno de los trabajos más estresantes. A ello, se le suman los fallos de última hora o los cambios que han de hacerse a contrarreloj. Por lo tanto, es un oficio estresante porque siempre hay que depender de terceros, y si algo no sale bien hay que tener capacidad de resolución y no dejarse vencer por la presión.

Responsable de relaciones públicas.  ser relaciones públicas implica ser tolerante y tener capacidad de autocontrol, ya que son capacidades que se ponen a prueba de manera continuada.  A ello hay que sumarle que, a lo largo del día, .se relacionan con un elevado número de personas, por lo que están expuestos a mucha presión. Los ejecutivos de relaciones públicas son los responsables de que una empresa tenga una buena reputación, por lo que tienen que saber generar a sus clientes una buena imagen de la compañía para la que trabajan. Su labor ha de ser constante, sobre todo si quieren lograr promociones y ofertas para aumentar su visibilidad y para que sus clientes reciban la mejor cobertura. Todo ello puede llegar a ser muy estresante.

Presentador/Locutor. Ser presentador de radio o televisión, implica ser el responsable de informar y anunciar las noticias de una manera veraz. Para ello, es necesario la contrastación y verificación de los datos. A ello, se le suma que no es un puesto apto para personas tímidas ante la cámara, ya que hay que tener capacidad de oración para captar la atención del público. Por otro lado, hay que saber manejar situaciones delicadas, ya sean errores, improvisaciones, mediar en un debate… y un largo etcétera de situaciones. En este sentido, el presentador está sometido a mucho estrés.

Periodista. El estrés de los reporteros tiene en consideración tres factores: el primero, el horario: varía en función de las circunstancias de la noticia. Para transmitir una información creíble es fundamental estar en el lugar de los hechos cuando ocurren, lo que implica que el reportero tenga que desplazarse de un lugar a otro, muchas veces de improvisto, ya que se dan sucesos de última hora y el tiempo de aviso es reducido. El segundo, que a veces se exponen a situaciones peligrosas, a ello hay que sumarle la rapidez de informar al instante. Y el tercero es que, a diario, tienen que cubrir una variedad de temas, por lo que se someten a manejar cantidades de información desmesuradas. Por esta razón, el estrés es elevado.

El salario y el estrés

Los dos últimos oficios más estresantes dentro del top ten 10 presentan una llamativa desigualdad. A continuación, se presentan las profesiones mejor y peor pagada se la clasificación, con independencia de que su nivel de estrés es muy igualitario.

Alto ejecutivo de empresa.  se trata de una profesión muy estresante por la elevada capacidad de responsabilidad que conlleva. Por norma general, un trabajador con este perfil profesional debe velar la seguridad y mantenimiento financiero de una gran empresa y, al mismo tiempo, ha de asegurar los empleos y su eficiencia en el trabajo. A ello, se le suma la toma de decisiones constantes, muchas de ellas para alcanzar un buen funcionamiento y crecimiento empresarial. También debe lidiar con situaciones de crisis, lo que puede afectar a la salud mental.  También tiene que ser resolutivo de manera inmediata. Todo ello, son factores que conllevan a perder el control en cualquier momento, ya que la presión que recae es excesiva.

Taxistas. Muchas personas son las que se preguntarán que hay de malo en conducir todo el día. Lo cierto es que permanecer a lo largo del día en un espacio cerrado y en contacto directo con el público es complicado, sobre todo porque los taxistas se exponen a pasajeros que muchas veces están alterados o son groseros. Si a ello se le suma el tráfico en una ciudad el tema se vuelve complejo, por lo que se exponen a altos niveles de estrés. A ello también hay que añadir su riesgo físico de siniestro al volante y la presión que genera la combinación de la conducción y la atención al público. Y todo para ser la profesión que peor salario recibe de todos, a pesar de que sus niveles de estrés sean elevados.

En síntesis.

El estrés laboral puede suponer un auténtico problema para los trabajadores. Una buena gestión y una organización correcta del trabajo son la manera para prevenirlo. Sea como fuere, el estrés, también conocido como síndrome del quemado, son señales de que algo no va bien. ¿Tienes una profesión con riesgo? Si es tu caso, es hora de tomar medidas y buscar soluciones, por drástica que sea. No te demores y actúa.

Recibe un abrazo de mi parte.

Psi. Rayan Muepaz

Fundador del Proyecto Nueva Psicología

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