¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde voy? ¿Quién soy? Estas
son algunas preguntas que se puede llegar a hacer una persona que está
sufriendo una crisis de identidad.
A veces las personas, mayoritariamente los
adolescentes, pasan por periodos de incertidumbre personal con
un punto tan alto de obsesión que causan una ansiedad prolongada.
¿Qué es la crisis de identidad?
Una crisis de identidad está caracterizada por una serie
de pensamientos y de otros procesos cognitivos. Las personas que pasan por
una crisis se cuestionan el sentido de la propia existencia,
pensando en el pasado y en el futuro, sumándole así un malestar
emocional.
Es común que una persona que está sufriendo una crisis se
pregunte por qué está en el mundo, a dónde va o quién es. El no saber
quiénes somos o a dónde vamos noss provoca una obsesión difícil de
manejar.
Es frecuente que este tipo de crisis ocurran en adolescentes
y jóvenes ya que son aquellos que aún están formándose y descubriendo su entorno
y contexto, es decir, su personalidad y su rol aún no está definido.
A veces puede darse por factores externos como
un divorcio o un despido de trabajo, y otras veces por factores
internos, simplemente por estar en un momento en el que la persona no se
siente ubicada y no sabe a dónde se dirige su vida.
La crisis de identidad suele ser pasajera,
es más, es un desequilibrio emocional que si se trata bien
puede llegar a hacer crecer a la persona de forma mental.
No obstante, si no se maneja bien puede llegar
a producir un desequilibrio emocional difícil de controlar. En ese caso lo
común es evaluar la existencia de problemas emocionales que sean la base de la
crisis, como puede ser un trastorno del estado de ánimo.
¿Por qué se produce la crisis de identidad?
Como hemos mencionado antes, una crisis de identidad
no dura un par de días, sino que es un periodo prolongado de tiempo en
el que la persona se hace ese tipo de cuestiones sobre su existencia. El caso
es que este tipo de crisis vital puede darse por diversos factores:
-Cambios inesperados: Un divorcio, una pérdida de un ser querido, un
despido de trabajo, mudarse a otro país… Es decir, cambios fuertes que
pueden desequilibrar mentalmente a la persona.
-Adolescencia: Es una etapa de cambios personales y físicos que muchos
adolescentes no están preparados para afrontar. El ir a colegio, hacer nuevas
amistades, integrarse en la sociedad y crear una nueva identidad son algunas
tareas que le pueden resultar difíciles.
– Conocerse a sí mismo: Suele darse cuando la persona tiene que tomar
una decisión importante y no se ve preparada porque no conoce
sus valores personales y no es capaz de tomar una decisión con claridad. En ese
momento se entra en bucle, ya que la persona siente que no sabe quién
es y no sabe qué decisiones tomar por lo que entra en un conflicto
consigo mismo.
Síntomas de una crisis de identidad
Aunque la crisis de identidad no se puede
diagnosticar, ya que no es considerada un trastorno, si se puede observar
su manifestación clínica cuando
los pacientes acuden a consulta. A veces puede derivar en un trastorno como
una depresión, por lo que es conveniente saber identificar los
primeros rasgos.
Al no poder ser diagnosticada complica saber cuándo se
está pasando por una situación así, pero entre los síntomas más comunes se
encuentran:
Pensamientos negativos y distorsionados sobre su existencia. ¿Quién
soy? Me siento desmotivado, nada tiene sentido, no quiero seguir viviendo…
Alto nivel de ansiedad debido a este
tipo de pensamientos.
Intenta encontrar una respuesta, pero
sin éxito, se siente perdido.
Siente un malestar continuo que no le
permite hacer su vida de forma normal, es decir, no quiere salir, no puede
estudiar o trabajar, no sabe tomar decisiones…
Todo le provoca una sensación de soledad y
vacío.
No sabe lo que quiere y por ello no puede
tomar decisiones.
Inestabilidad emocional. Un día bien y otro mal.
Sensación de no estar preparado para
afrontar los cambios sobre su vida.
Consecuencias
El principal problema de sufrir una crisis de
identidad es el malestar emocional que atraviesa el paciente, algo que puede
incrementar la propia crisis. Está caracterizado por un sentimiento de tristeza
constante, falta de ilusión, ansiedad y desesperanza. Es un sentimiento de
negatividad que hace que todo se tiña de colores oscuros.
Además, esto se suele asociar a la irritabilidad de la
persona, lo que puede dar lugar a problemas con su familia, amigos o pareja.
También produce una alteración en la persona, en su funcionamiento diario, lo
que puede conllevar a problemas laborales o si se trata de un adolescente,
académicos.
Cuando una persona sufre una crisis vital lo más común
es que esto se desencadene en ansiedad y depresión, por lo que es importante
que acuda a un profesional rápidamente antes de que más áreas de su vida se
vean afectadas. Para ello, es indispensable la ayuda de familia o amigos.
¿Cómo
Superarla?
Cuando alguien pasa por una crisis de identidad lo
mejor es darse tiempo, no es una tarea sencilla y requiere paciencia y
esfuerzo. Para ello, mencionamos algunos consejos que puedes seguir:
Percibir la crisis como una oportunidad. Hay que ver
el lado bueno de las cosas, las crisis son oportunidades que tienen las
personas para evolucionar y aunque se pueda percibir de forma negativa, las
crisis son buenas para conocernos a nosotros mismos y para darnos cuenta de la capacidad
que tenemos para afrontar las cosas. Una crisis nos enseña nuevas formas de
actuar entre otras cosas.
Ten confianza en ti mismo. Aceptarse y quererse porque
eso es lo fundamental para poder afrontar momentos como estos que nos generen
malestar.
Plantearse nuevos objetivos. Si esta situación ha
hecho que perdieras la ubicación de tu vida y de tus objetivos es hora de
agarrarlos de nuevo y perseguirlos. Aunque parezca complicado y de un poco de
miedo, también puedes plantearte unos nuevos que siembren la motivación y den sentido
a tu vida y a todo lo que hagas.
Autodescubrimiento. Lo mejor para estas situaciones es trabajar con un
profesional para que nos ayude a conocernos a nosotros mismos y saber cuáles
son nuestros valores, metas, ideales…
Aceptar los cambios. Hay que perder el miedo y
afrontar esos cambios, ya que si no lo haces no podrás desarrollarte ni
aumentar el bienestar emocional, te estancarás otra vez y esta vez será más
complicado recomponerse.
Recibe un abrazo de mi parte.
Psi. Rayan Muepaz
Fundador del Proyecto Nueva Psicología
Contactos:
https://linktr.ee/rayanmuepaz.rm
No hay comentarios:
Publicar un comentario