El mundo entero tiene puesto los ojos en el continente
asiático, específicamente en China, en la región de Wuhan, puesto que allí surge
una actual y creciente epidemia llamada Coronavirus, la misma que hasta el
momento deja un saldo aproximado de 1300 personas infectadas, 41 fallecidas y
más de 1100 casos sospechosos, sin tomar en cuenta muchos casos no reportados.
Diversos medios de comunicación a nivel nacional e
internacional (Internet, televisión, radio, prensa escrita y digital), ponen en
manifiesto la incertidumbre que vive la sociedad, por esta nueva epidemia, es
así que hasta el momento se han confirmado casos de coronavirus en los
siguientes países:
Hong Kong: 2
Macao: 2
Japón: 2
Corea del Sur: 2
Taiwán:
1
Tailandia: 4
Vietnam:
2
Singapur:
3
Nepal:
1
Francia.
3
Estados Unidos: 2
En México y Brasil, existen posibles casos, los cuales
se encuentran bajo observación médica, para descartar o confirmar la presencia
del coronavirus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las
diferentes entidades sanitarias, advierten estar alerta ante una posible
Pandemia, ya que el Coronavirus o también conocido como Neumonía de Wuhan, se propaga
de forma acelerada contaminando a personas dentro y fuera del gigante asiático.
Sin embargo, y más allá de ¿En dónde se originó? (los
primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad
de Wuhan, en China.); ¿Cuál es su procedencia? (es un tipo de enfermedad
patógena de procedencia animal ‘murciélagos, es un virus zoonótico que se transmite
de animales a personas y muy probablemente de personas a personas); ¿Cuál es su
sintomatología? (secreción y goteo nasal, dificultad para respirar, fiebre,
fatiga, tos y dolor muscular, similar a una gripe común) o ¿Existe una cura o
tratamiento? (esta epidemia como muchas otras, pertenecientes a la familia de
virus patógenos, no tiene una cura específica, solo existe tratamiento para los
síntomas que presenta).
Este nuevo brote de virus o enfermedades patógenas, nos
permite descubrir la desigualdad de condiciones sociales y entornos
desfavorables en las que, lastimosamente los seres humanos vivimos.
Pues en la historia de la humanidad han existido un
sinnúmero de epidemias que han dejado consigo altas estadísticas de mortandad; ejemplos
la (peste negra) que asoló a la Europa medieval, (epidemias del cólera y
disentería) que, tras el terremoto y posterior tsunami de Indonesia de 2004,
dejó un saldo de miles de personas muertas, (el SARS ‘síndrome respiratorio
agudo y grave’) que se originó en China 2002, y afectó a más de 8.000 personas
en 37 países y provocó más de 700 muertes.
En conclusión, esta nueva y creciente enfermedad
denominada coronavirus, es el fiel reflejo de una sociedad que se encuentra al
borde del colapso, pues la gran crisis económica y social que atraviesa la humanidad
es demasiado evidente, ya que en su gran mayoría son los sectores más pobres, que
sirven como caldo de cultivo para que se proliferen nuevas epidemias,
básicamente estas personas se encuentran en un estado de inanición,
intoxicación y desnutrición (comida basura e insalubre), estresados y agobiados
por las pésimas condiciones laborales, llevando consigo una vida de estrés y
sedentarismo, estando más expuestos y propensos de contraer diferentes
enfermedades (bajas defensas en su sistema inmunológico). Pues bien, lo dijo un
gran Científico: químico y bacteriólogo francés Louis Pasteur ‘El germen no es nada, el medio lo es todo’.
Rayan Muepaz
Psicólogo Social
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