La niñez no es exactamente una etapa libre de estrés.
Los niños deben cumplir tareas, se cambian de casa, escuelas, hermanos nuevos,
se enfrentan al acoso escolar, divorcio, enfermedades, ocasionalmente se pelean
con sus amigos, etc…
Todo esto puede resultar difícil de sobrellevar para
muchos niños, no obstante, la resiliencia puede resultar de gran ayuda a la
hora de fomentar un crecimiento más saludable.
Llamamos resiliencia a la capacidad de afrontar estas
situaciones. Es un aspecto fundamental de la personalidad y como padres,
necesitamos ayudar a nuestros hijos a saber cómo resolver los problemas más
estresantes y complejos que enfrentarán conforme crecen.
Es común que queramos evitarles dolor y ayudarles a
resolver sus vidas, pero hay que tener cuidado. Cuando les resuelves todo, mandas
un mensaje de debilidad y desconfianza, es como si le dijeras “Hijo, no confío
en tu capacidad para hacerlo, no podrás por ti mismo”.
Esto no significa que se tenga que convertir en un
adulto pequeño y hacer todo por sí mismo. Es importante que sepa que cuenta
contigo, que puede pedir ayuda y que no está solo. Pero no siempre podrás estar
ahí, por lo tanto, tu trabajo es enseñarle a manejar la incertidumbre y a
resolver problemas por sí mismo.
Por eso, hoy comparto contigo estas 5 estrategias para
criar hijos resilientes:
#1. No le resuelvas todo, ayúdale a hacerlo por sí mismo. Cada vez que
intentas proveerle comodidad y certeza, estas interviniendo en su capacidad de
que lo resuelva por sí mismo.
#2. No elimines todo el riesgo. Es natural que como padres tratemos de
evitar el peligro a toda costa. Eliminarlo por completo no sólo es imposible,
si no que le limita la posibilidad de obtener resiliencia. Ejemplo: Para poder
dominar la bicicleta, probablemente tendrá que enfrentarse a un par de caídas y
raspones, pero ojo: Riesgo no es lo mismo que peligro.
#3. Enseñarle a resolver los problemas por sí mismo es de vital
importancia. Enséñale a tu hijo a encontrar la manera, siendo un padre formador.
Dale la oportunidad de descubrir qué funciona y qué no. Acompáñalo, pero no lo
resuelvas tú. Déjalo cometer errores, es muy importante ayudarlos a perseverar
hasta solucionarlos. Permite que descubra y cree, no importa cuántas veces se
equivoque. Sé paciente, observa, hazle preguntas para abrir su mente a nuevas
opciones.
#4. Enséñale habilidades concretas.
Todos tenemos áreas de oportunidad. Es importante que aprendamos destrezas que
nos ayuden a superarlas. Esto no significa ser experto en todas las áreas de la
vida, pero mientras más destrezas distintas tenga, más confianza desarrollará.
#5. Evita la paranoia. Los padres
ansiosos tienden a enseñar utilizando el miedo como recurso. Ejemplo: “Tienes
que aprender a nadar para que no te ahogues.” La invitación es a que sueltes
esa angustia. Invita a tu hijo a aprender cosas nuevas por el gusto y la
emoción de hacerlo y no por el miedo o el peligro de no lograrlo. Ejemplo:
“Nadar es muy divertido, te va a encantar.”
En síntesis
La paternidad es un camino de crecimiento constante.
Admitir no tener todas las respuestas ni el conocimiento es importante para
poder hacerlo cada vez mejor, los niños resilientes tienen mayor capacidad para
superar los retos y los obstáculos de la vida. Se reponen más rápido de las
caídas y aprenden de sus errores. Por eso es tan importante que nosotros como
padres también lo seamos, y les ayudemos a serlo.
”Tus acciones no sólo marcan el cuerpo y la mente,
marcan su vida”
Recibe un abrazo de mi parte.
Ps. Rayan Muepaz
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