Lo primero que me gustaría aclararte es que el
estancamiento es una sensación no un hecho. Es decir, puede ser que
ahora mismo sientas que te has quedado atrapado/a en cualquier área de tu vida.
Pero repito, la realidad no es que estás estancado, en cualquier momento puedes
mandar toda tu vida al carajo y ponerte a hacer cualquier otra cosa. Eso sí,
con todas sus consecuencias. Por tanto, empecemos por definir el estancamiento
como una sensación y no como una condición o un hecho. Esa es la primera gran y
cruda verdad que necesitas oír para empezar a cambiar tu suerte.
Así pues, el estancamiento tiene mucho que ver
con esa sensación de que tienes un montón de cosas que hacer y atender, y que
hagas lo que hagas no conseguirás liberarte de ninguna. Esto te lleva a
rendirte, a no hacer cambios (porque crees que no servirán de nada) y a esperar
con todas tus fuerzas que “algún día las cosas cambien”, que algún día algo
sucederá y podrás tener una vida más feliz y plena. En lugar de utilizar tus
propios recursos, para sacarte a ti mismo de ahí…
Y es que… ¡Qué daño hace confiar nuestra vida a los
milagros, a los ángeles o la ley de la atracción!
Si lo piensas, todos en algún momento de nuestra vida,
hemos pasado por alguna fase de estancamiento. Y lo peor es que cuando te
quieres dar cuenta, has alcanzado un nivel de comodidad o estabilidad tan
grande, que te engulle, como un colchón blando, en el que terminas hundiéndote
si te descuidas.
Sin contar que, muchas veces a pesar de que tu vida no
te gusta, te acostumbras a esa realidad, y conviertes lo que no te gusta, en tu
zona de confort, un estado semi-inconsciente en el que no sientes ningún tipo
de impulso hacia la acción, hacia propiciar algún cambio que te enriquezca y
haga más significativo el hecho de vivir. Más bien es un estado de queja,
desmotivación, a veces también irritabilidad, y sobretodo mucha “estabilidad
incómoda” que te atrapa y hace que pierdas la ilusión por la vida.
Qué pasos puedes empezar a dar para desperezarte y
empezar a dar pasitos que te lleven, poco a poco, a retomar las riendas de tu
vida. Y en el siguiente punto veremos, más específicamente qué puedes hacer
para salir del estancamiento laboral.
Paso 1. Empieza a MOVERTE.
Recordemos lo que dijimos al principio el
estancamiento es una sensación no un hecho, y que en cierta medida
crees que no te puedes mover, que no tienes alternativa… Pero en realidad ¡sí
que puedes! Es una ilusión pensar que no hay nada que hacer o que no tienes
posibilidades.
Ahora bien, esto es más fácil decirlo que hacerlo, así
que para esas etapas de la vida en que te sientas realmente muy muy atascado,
te sugiero que lo primero que hagas sea: MOVERTE. Moverte en cualquier
dirección y de cualquier manera, con plan o sin plan (incluso aunque te
equivoques).
Y es que al igual que le pasa al agua estancada, que
se enturbia y llena de algas, lo mismo le ocurre a tu mente y a tu cuerpo
cuando te estancas. Si te quedas «fosilizado» en las mismas ideas año tras año,
y no cambias tu visión del mundo, por más que el mundo sigue cambiando cada
día, te vuelves turbio: te llenas de negatividad, irritabilidad, creencias
limitantes, y amargura.
Entonces, qué hacer. Pues lo mismo que harías para
purificar el agua estancada: hacer que circule, ponerla en movimiento. Bien,
pues esto mismo es lo que te propongo para ti. MUÉVETE.
¿Cómo? En esta fase, no importa la acción que ejecutes,
te servirá de cualquier manera. Por ejemplo:
– Salir a pasear, hacer manualidades, bailar, tocar el
piano, fregar los platos o regar las plantas cada vez que te sientas en un
estado de angustia, opresión e inmovilidad. Es importante que recuerdes el
poder que tiene mover el cuerpo cuando quieres calmar la mente o el corazón.
– Leer libros de psicología/superación o artículos que
te hagan pensar de forma más amplia, que te inspiren, que «remuevan» tus ideas
acerca de lo que es o no posible en tu vida.
– Ver películas, ir a museos o exposiciones, a la
biblioteca, a restaurantes de comida rara y exótica. Es interesante buscar
estímulos que te hagan salir de lo conocido, que te obliguen a ver la realidad
de forma diferente, a ver que es mucho más amplia y rica de lo que imaginabas
hasta ahora.
– Hablar con personas atrevidas, alocadas, muy
diferentes a ti, que te lleven a lugares poco convencionales. Seguro que tienes
un amig@ que encaja en esta descripción ¡sugiérele un café hoy mismo!
Ok, una vez que hayas empezado a mover tu cuerpo, tus
ideas y tus emociones, es el momento de pasar al siguiente paso.
Paso 2. Comienza un nuevo hábito o pon orden
en tu vida.
El paso 1 sólo era el impulso que necesitabas para que
ahora puedas pasar a tomar acción de manera más enfocada.
Párate un momento y piensa: ¿Cómo saldrías de zona de
arenas movedizas? ¿Te moverías para todos lados y sin orden? ¿O más bien…
seguirías una única dirección y perseverarías en el movimiento en esta línea?
Aquí está la respuesta.
Para salir del estancamiento vital no hay nada más efectivo
que adquirir un nuevo hábito. Un solo nuevo hábito al principio. Y en este
punto, no importa nada cuál sea el hábito elegido, sino que lo importante es el
PROCESO continuado y enfocado que vas a tener que seguir para construirlo.
Es decir, el secreto para desbloquear una mente
confundida es comprometerse con una acción y ejercitarla en el tiempo. Puede
ser empezar a hacer deporte, empezar a escribir haciendo un diario de
actividades, leer antes de irte a dormir, o meditar diez minutos todos los
días, no importa la actividad que elijas, sino que seas constante en ella.
Porque el movimiento enfocado, continuo y paciente te
saca del bloqueo. Hace que introduzcas un primer cambio en tu vida estancada, y
te nutre de la vitalidad que necesitas.
Paso 3. Convierte tus pensamientos limitantes en
preguntas
Si has decidido moverte y posteriormente enfocarte en
una actividad, es posible que vuelva la parálisis cuando te encuentres con
alguno de estos pensamientos: «no puedo hacer esto», «no sé cómo hacerlo» o «no
tengo tiempo/dinero».
Tenemos en la cabeza estas tres afirmaciones
categóricas todo el tiempo: «no sé para dónde ir, por eso no actúo», «no puedo
cambiar, es muy difícil, así que ni lo intento», «necesito más tiempo o dinero,
ahora mismo no puedo hacer nada».
Podemos pasar días y días dándole vueltas a esos «no
sé, no puedo, no tengo» sin llegar a ningún sitio porque estas afirmaciones nos
meten en un bucle sin salida.
Pero, ¿y si en lugar de afirmaciones fueran preguntas?
¡Automáticamente dejarían de atascarte!
En vez de pensar «no puedo» lo paso a pregunta —–>
¿Y cómo s’i podría?, ¿Qué necesito para poder?
En vez de «no sé» —–> ¿Y qué puedo hacer para
saberlo, ¿Dónde puedo encontrar la respuesta?
En lugar de quedarte atascado en el «no tengo tiempo
y/o dinero» pregúntate —-> ¿De qué forma podría conseguir más tiempo o más
dinero? ¿Qué cosas puedo hacer o dejar de hacer para lograrlo?
Y es que nuestra mente tiende espontáneamente a buscar
una respuesta cuando le planteas en serio una pregunta. Ahí reside un gran
poder, y lo único que debes hacer es aprender a sacarle el mejor partido.
Así que recuerda esto, lejos de mantenerte atrapado en
un problema (el no sé/no puedo) las preguntas te incitan a buscar alternativas
y soluciones, a poner en movimiento tus recursos mentales. Acostúmbrate a pasar
tus afirmaciones negativas a preguntas, y de este modo haz que tu mente busque
con entusiasmo nuevas alternativas.
En definitiva, Es fácil quedarse planeando y
analizando indefinidamente, con la ilusión de que estás cambiando las cosas;
pero las cosas no cambian hasta que tomas acción.
Así que, si has llegado hasta aquí, que no sea para
quedarte tal y como estabas antes. Recuerda que estás intentando mejorar tu
situación, ser más feliz y vivir de manera más plena en todos los aspectos. No
te quedes de brazos cruzados después de todo el análisis, reflexión y las
ganas. ¡Actúa!
Por supuesto, dar los primeros pasos da muchísimo
miedo, por eso es importante que tengas un plan de acción con objetivos
definidos y que te rodees de gente que te apoye.
El primer paso es el más difícil, pero una vez que te
animes verás que eres perfectamente capaz de eso y de mucho más. Y si necesitas
apoyo, recuerda que el coaching puede ser de gran ayuda a la hora de pasar a la
acción.
Recibe un abrazo de mi parte.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Formador 'RID'
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