Cuando hablamos de impulsividad, nos referimos a la tendencia a reaccionar de forma
precipitada o no meditada ante una situación externa sin pensar sobre las
consecuencias a largo plazo. Es la puesta en marcha de conductas que son
“impulsadas” por la emoción que sentimos en ese momento, lo que ocasiona una
baja percepción de control de dichos impulsos.
Las personas impulsivas actúan antes de pensar, son
poco reflexivas y toman decisiones precipitadas sin realizar una valoración
sobre las consecuencias que puede acarrear. Suelen tener dificultades en sus
relaciones interpersonales debido a sus reacciones emocionales (en el área
social, laboral, familiar, de pareja, etc).
¿Qué es la impulsividad?
La palabra impulsividad deriva de impulso, y en su esencia contiene el término
Pulsión, tan central dentro de la Teoría Psicoanalítica.
La Pulsión representa algo similar al instinto en el
animal, pero con una impronta propia de la naturaleza humana. La pulsión es una fuerza que nos dirige (impulsa),
hacia una dirección determinada. La pulsión implica el psiquismo y el lenguaje
humanos, por eso no es comparable al mero instinto.
La impulsividad es la característica de aquellas
personas que se dejan llevar por este impulso. Implica acciones abruptas o viscerales que no son
filtradas por la conciencia. Por esto, las personas impulsivas
actúan mayormente sin la intervención del raciocinio. Primero actúan y luego piensan.
Rasgos
característicos de personas impulsivas
Las personas con rasgos impulsivos acostumbran a
presentar una serie de características comunes:
-
Actúan sin pensar.
-
Dificultades o incapacidad para impedir su conducta.
-
Les gusta vivir experiencias arriesgadas y siempre o casi siempre están en
busca de este tipo de experiencias.
-
Toleran muy poco el aburrimiento y la frustración.
-
Son desorganizadas, no planifican sus actividades.
-
Se olvidan de las cosas que deben hacer, como llegar a una hora concreta a un
sitio determinado, suelen llegar tarde.
-
Son poco constantes, les gusta cambiar de actividad frecuentemente.
-
Actúan inapropiadamente, normalmente provocando problemas debido a sus
actuaciones.
-
Impacientes, por ejemplo, dificultad para respetar el turno para hablar.
-
Disminución de la sensibilidad por las consecuencias negativas de la propia
conducta.
-
Inmediatez de las respuestas: reaccionan rápidamente ante los estímulos, son
reacciones no planificadas, realizadas antes de que se complete el
procesamiento de la información transmitida por dichos estímulos. Es decir, dan
respuesta a los estímulos de manera inmediata, sin pensar.
-
No se preocupan por las consecuencias de sus actos.
-
Actos espontáneos, respuestas impulsivas.
Es pertinente distinguir entre actos impulsivos ocasionales, que muchas veces son
recursos de espontaneidad y creatividad necesarios, a personalidades impulsivas
en las que este es un rasgo constante, impidiendoles organizar y
mantener cierta estabilidad en su vida.
La impulsividad está asociada a: la impaciencia, la baja tolerancia a la
frustración, los cambios y la inconstancia, la agresividad, los olvidos y las
dificultades en la organización, la impuntualidad, la creatividad, la
espontaneidad, los riesgos, la no planificación, la inmediatez, entre
otros.
La impulsividad es muchas veces la responsable de conductas adictivas y
autodestructivas, es decir, el impulso no cuenta inicialmente con la
capacidad analítica y reflexiva que permitirá evaluar las consecuencias de lo
que se está haciendo.
Por ejemplo:
Deseo sexual compulsivo,
Adicción a internet
Compras compulsivas, etc
En
síntesis:
Como vemos, la impulsividad se vincula con características tanto negativas como
positivas, no siendo en sí misma una Patología. El grado en que esta tendencia se
manifieste en el individuo será el que determine la gravedad o la necesidad de una consulta psicoterapéutica.
La esencia de la Impulsividad es la Reacción. Este término hace referencia
a un tipo de conducta que
es reactiva, es decir,
que responde automáticamente al
estímulo que la provoca.
La impulsividad como rasgo de personalidad puede traer dificultades para sostener vínculos con
otros, gestar, sostener procesos y poder direccionar proyectos. Los
cambios constantes y abruptos y la falta de planificación pueden dificultar la
concreción de objetivos y el trayecto en consonancia con el propio deseo.
En estos casos se sugiere una consulta psicológica para poder trabajar en
los aspectos particulares del sujeto y posibilitar, en el mejor de los casos,
que este rasgo deje de ser un impedimento en su vida.
Si estás atravesando
una situación difícil de sobrellevar, y buscas asesoría psicológica y apoyo
profesional, te invito a ponerte en contacto conmigo (llámame o escríbeme).
Recibirás atención personalizada y tratamientos a tu medida.
Consultas y
tratamientos presenciales o telemáticos (telepsicología)
Recibe un abrazo de mi parte.
Psic. Rayan Muepaz
Fundador del Proyecto Nueva Psicología
Contactos:
Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website
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