Dar los primeros pasos en un emprendimiento puede
generar ciertos miedos que no habíamos experimentado, ni conocido con tanta
claridad antes de comenzar. Algunos de estos miedos son naturales como, por
ejemplo, el miedo a lo desconocido. Para muchos, emprender puede ser una
situación totalmente novedosa que está rodeada de incertidumbre y de varios
retos por afrontar, entre ellos el miedo a la soledad.
La soledad del emprendedor tiene varias fuentes. Son
situaciones comunes por las que suelen pasar las personas que deciden emprender
sus propios proyectos y diseñar su vida acorde a su metas y objetivos.
Emprender vs la perspectiva de los demás
Muchas veces, cuando una persona relata, en su círculo
primario (familia, amigos, colegas), que está considerando la idea de emprender en sus propios proyectos y
dejar atrás o en modo espera todo su proceso laboral obtenido, para comenzar un
emprendimiento que no sabe si resultará exitoso, puede recibir respuestas
negativas o dubitativas.
“¿Cómo vas a dejar tu trabajo por ese
emprendimiento?”, “¿Cómo vas a hacer para generar los ingresos que estás
ganando ahora?”, “Emprender es muy riesgoso, te puede ir muy mal”. Son algunas
de las frases que hemos escuchado en situaciones similares.
En ese momento, todas las alarmas del cerebro del
emprendedor se disparan. Las dudas invaden la mente y la ansiedad por
emprender, aumenta.
La falta de apoyo del entorno potencia cada vez más
las sensaciones de incertidumbre, soledad e inseguridades internas. La pérdida
de confianza en nosotros mismos y en el proyecto, pueden provocar el abandono
de la idea original. Aún antes de comenzar.
La explicación biológica del miedo a la soledad
Esto que podría parecer exagerado e infundado, tiene
una explicación desde la biología de la especie. El emprendedor que avanza
rodeado de ese ambiente de dudas y negatividad, corre el riesgo de dejar de
pertenecer a su “tribu”.
La capacidad de supervivencia se ve aumentada por la
pertenencia a un grupo, sin importar las condiciones ambientales que éste
presente. El hecho de continuar con el proyecto y dejar de pertenecer
aumentaría los riesgos potenciales de “morir en el intento”.
Así es como se nutre ese miedo a la soledad de todo emprendedor.
Si bien, en muchos casos, no es un impedimento para iniciar el proceso, sí lo
es para continuar escalándolo, una vez alcanzado cierto nivel de resultados.
El miedo a la exclusión de ese círculo primario puede
generar que el mismo emprendedor, de manera inconsciente, sabotee su propio
proyecto, dejándolo plasmado sólo en aspiraciones. La incomprensión, el estrés, el miedo a la soledad pueden
llevarle a situaciones desesperantes. Pero la ilusión de ganar la libertad y
emprender en sus proyectos, gestionando su tiempo, tomando las decisiones que
considera oportunas y la esperanza de avanzar y multiplicar ingresos le
impulsan a seguir en busca de su sueño.
Estrategias para superar el miedo a la soledad de
emprender
Para evitar que ese miedo juegue en contra de la mente
del emprendedor, veremos 5 simples estrategias que pueden favorecer los avances
y resultados al momento de emprender.
1. Buscar pertenecer a grupos de emprendedores y profesionales que
se dediquen a lo mismo que tú: Comparte con ellos experiencias, dudas y
herramientas. La sinergia que se provoca en esos grupos no la encontrarás en tu
círculo primarios. Ellos se dedican a otras cuestiones y tienen otras
realidades personales y profesionales.
2. Realizar alianza con colegas y convertirlos en tus socios: Compartir
proyectos con colegas que tengas la misma misión/visión, que inspiren
confianza es una gran ventaja para todas las partes. Ofrecer la propuesta de
valor generada entre todos resulta más sencillo, las dificultades se resuelven
mejor gracias a la visión compartida y, lo mejor de todo, estarás trabajando con personas
que te aportan y no te apartan del camino.
3. Armar tu propio equipo: Conviértete en líder de tu proyecto y trabaja
con profesionales que complementen y potencien lo que tú quieres hacer.
Inspira, motiva y crea oportunidades para que otros elijan trabajar contigo.
Esto te brindará nuevas oportunidades y ampliará tu perspectiva actual.
4. Ahorra tiempo: Con dinero lo podemos comprar todo menos el tiempo.
Observa las actitudes y gestos de aquel en el que te quieras convertir. Piensa
hasta dónde quieres llegar y encuentra a la persona que ya lo haya conseguido, “cópiala”.
Aprende del éxito de otros. Podemos obtener lo que deseamos de varias maneras.
Una forma, como ya hemos mencionado, es a base de ensayo y error y otra es
extrayendo la información de personas que ya lo hayan conseguido. Con esta
última forma nos ahorraremos años de trabajo. Si quieres marcar la diferencia,
mejora lo que esa persona ya ha hecho.
5. Invierte en ti: Un profesional a fin a la salud mental o al
desarrollo personal (Psicólogo, Coach, Mentor o Formador) te podrá acompañar en
tu proceso e inquietudes para liberar tensiones y llegar a los objetivos que te
propongas. Prepárate psicológicamente tomando consciencia de las metas a
superar. Invertir en ti a nivel formativo y terapéutico te ayudará en tu
proceso de emprendimiento y autoconfianza.
En definitiva, el miedo a la soledad aumenta cuando emprendemos
nuestro propio camino de crecimiento y desarrollo personal, profesional y
social.
Recuerda: “El éxito consiste en confiar en ti y creer en
tus posibilidades”
Hay algo en ti más grande que cualquier obstáculo, es
tu actitud de liderazgo. La mayor victoria es la conquista de uno mismo.
Lucha por tus sueños y no desistas en la posibilidad de que se vuelvan
realidad.
Recibe un abrazo de mi parte.
Psi. Rayan Muepaz
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Muy buen contenido. Gracias por compartir.
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