¿Te has puesto a pensar si estás preparado
para afrontar las dificultades de la vida?; si a ti que eres adulto te resulta
muy difícil responder a dicha pregunta, imagina cómo estarán tus hijos, que son el fiel reflejo de la persona que tú eres.
Y, ¿Quiénes son los principales
responsables de darles las herramientas necesarias que les sirvan como
habilidades para afrontar con éxito la vida?... definitivamente no es la
escuela ni el sistema educativo; los principales responsables son los padres (papá
y mamá).
Sin embargo, darles las herramientas
necesarias para afrontar con éxito la vida, dependerá principalmente de
aquellas acciones que realices en concreto, ejemplos:
1.-
Lectura
Leer sobre: psicología,
neurología, sociología, neuroeducación, pedagogía y ramas afines al estudio del
cerebro y la conducta humana.
2.-
Capacitaciones: (talleres, conferencias, charlas,
seminarios)
Capacitarse sobre: habilidades sociales (principalmente liderazgo),
inteligencias múltiples (sobre todo
inteligencia emocional), neuro-aprendizaje, superación científica, hábitos
saludables, entre otras.
3.-
Acción masiva
En este apartado deberás llevar a la práctica social
concreta, todo lo aprendido teóricamente: específicamente deberás estimular su
formación en base: al afecto, disciplina (conductas y comportamientos), emociones,
autoestima (temperamento, carácter y personalidad), autoconocimiento (limitaciones
y talentos), comunicación (activa y asertiva), interacción social, aprendizajes,
motivación y comprensión de la realidad.
Es decir, cualquier acción (tiempo, dinero y recursos)
que realices en pro de contribuir en la formación y desarrollo integral de tus
hijos, será compensando con la satisfacción de haber aportado valor al
progreso de la humanidad, formando hijos
triunfadores.
¿Cómo
formar hijos triunfadores en una sociedad en decadencia?
En el mundo actual, la sociedad enfrenta muchos y
variados problemas, realmente estamos viviendo épocas oscuras, complejas; donde
los niños se ven consumidos por las redes sociales y los videojuegos que dejan
como resultado una niñez más intolerante y más propensa a la frustración, llena
de inseguridades, personalidades patológicas y conductas disruptivas.
No obstante, los avances de la ciencia, inherente al
estudio de la mente y la conducta humana han proporcionado nuevas teorías
científicas tales como: Teoría de las
Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, Inteligencia Fluida y Cristalizada de Raymond Cattell e Inteligencia Emocional de Daniel
Goleman; las mismas que aportan a la compresión y a la solución de un sinnúmero
de problemáticas que limitan el crecimiento personal.
Estudios actuales demuestran que el cerebro humano
desarrolla dos tipos de inteligencias:
1.
Inteligencia racional: Cociente
intelectual ‘IQ’ (conocimiento, intelecto y razón) la cual aporta un 30% en el
desarrollo integral del ser humano.
2.
Inteligencia emocional:
Según Goleman las emociones influyen en un 70% en mayor o menor grado, todas
las acciones que realizamos en el día a día (relaciones interpersonales,
empatía, valor personal, autoconocimiento, automotivación, sistema de creencias),
las cuales limitarán u optimizaran un desarrollo integral.
Es decir, el
uso de la razón y la correcta gestión de las emociones, permitirá un equilibrio
en el proceso de crecimiento y formación integral, hacia el óptimo desarrollo
del SER, PENSAR Y HACER.
Estilos Disciplinarios
Disciplina.
El término se
deriva del latín discipulus, que significa discípulo, quien recibe una
enseñanza de otro, básicamente enlaza una relación de autoridad por parte de
los padres y la obediencia por parte de los hijos hacia el conjunto de normas y
reglas que rigen en casa.
Según Paul Hauck la disciplina se compone en base a
dos condiciones: Firmeza y Benevolencia.
En la firmeza los padres deberán poner reglas claras y límites ante conductas
inapropiadas, en cambio en la benevolencia sucederá lo opuesto más permisividad
y más libertad.
A partir de ello, postula cuatro sectores que
contienen diferentes estilos disciplinarios utilizados por los padres para educar a los hijos:
1.- AMAESTRAMIENTO
(Firmeza sin Benevolencia)
Este estilo disciplinario es muy destructivo ya que se
ve regido por el autoritarismo por parte de los padres hacia sus hijos; es
decir la palabra de cualquiera de los padres es ley, debiendo cumplirse sin
objeción alguna.
Ejemplo: Adrián es un niño de 7 años que le encanta
practicar soccer, son la 12:30 y como todos los días se encuentra practicando
su deporte favorito; sin embargo, sus padres acostumbran almorzar a esa hora. Su
padre le dice que es hora de almorzar, en lo que Adrián responde ¡no!, que le
dejen jugar unos minutos más; su padre sale iracundo, le grita, lo insulta, lo
jalonea llegando incluso a maltratarlo físicamente, sabiendo que solo así su hijo le obedecera.
2.-
SOBREPROTECCIÓN (Benevolencia
sin Firmeza)
Este estilo disciplinario es igual de destructivo que
el primero, ya que los padres suelen confundir el amor que sienten por sus
hijos con el ser permisivo y pasivo, otorgándoles a sus hijos una excesiva comodidad,
cediendo ante conductas inadecuadas y cumpliendo sus caprichos.
Mismo ejemplo: Son las 12:30 y como todos los días es la hora de almorzar, no obstante, Adrian está practicando fútbol, su padre le dice que se aliste para almorzar,
en lo que Adrián responde ¡no!, que le dejen jugar unos minutos más; sus padres
responden ¡Esta bien, no hay problema! y así el tiempo transcurre y Adrián continúa jugando sin
importar que la hora del almuerzo haya finalizado.
3.-INDIFERENCIA (Sin Firmeza ,Sin Benevolencia)
Este estilo de disciplina se caracteriza por la
ausencia total o desinterés por parte de los padres con la educación y crianza
de sus hijos.
Mismo ejemplo: Son la 12:30 y Adrián se encuentra practicando su deporte favorito, no obstante, ya ha jugado demasiado y se encuentra exhausto y hambriento, va donde su padres y les manifiesta que tiene mucha hambre, mientras su padre que se
encuentra trabajando y le dice que está ocupado que le diga a su madre, pero, su madre se encuentra entretenida en
su smartphone; ya han pasado 3 horas en las que Adrián debía haber almorzado y
sus padres poco o nada les interesa.
4.-EDUCACIÓN (Benevolencia con Firmeza)
Este estilo de disciplina es sin duda alguna el ideal,
puesto que existe demasiado interés en formar hijos con habilidades para la vida, proporcionándoles los recursos necesarios para afrontar cualquier obstáculo presente en sus vidas; es decir, son firmes en
la decisión y sutiles en la forma, existiendo una comunicación asertiva de
padres a hijos y viceversa, donde las reglas establecidas dentro del hogar deberán ser cumplidas y respetadas por todos sus miembros.
Mismo ejemplo: Son las 12:30 y como todos los días
Adrián se encuentra practicando su deporte favorito; su padre le dice que ya es
hora de almorzar, en lo que Adrián responde que, sí puede jugar 10 minutos más,
sus padres deciden y responden con firmeza ¡No!, después de almorzar y cuando termines de realizar tus tareas te
permitiremos jugar unos minutos más.
En
síntesis:
En el proceso de educación de los hijos, la mayoría de
los padres y por no decir todos, hemos caído en mayor o menor grado en alguno de
los 4 estilos disciplinarios, buscando desesperadamente formar hijos triunfadores,
capaces de alcanzar el éxito integral valiéndose por sí mismos.
No obstante, los padres cometen el grave error de
basar su estilo de crianza en los tres primeros sectores disciplinarios: Amaestramiento (Autoritarismo: la palabra
de los padres es ley, y la no obediencia trae consigo agresiones físicas y psicológicas),
Sobreprotección (Ceder ante conductas inadecuadas) e Indiferencia (Desinterés total por el desarrollo de los hijos); condicionando miedos, inseguridad,
emociones negativas, pensamientos distorsionados, creencias limitantes y
rechazo hacia sus progenitores.
El estilo disciplinario más objetivo para formar hijos
felices, seguros de sí mismos, con valor personal o autoestima, con emociones
positivas, pensamientos asertivos, creencias potenciadoras y habilidades
sociales; se forjarán en el último cuadrante llamado ‘Educación’, siendo el más importante para la ‘Formación de Hijos Triunfadores’.
Por último, cualquier estilo disciplinario que emplees para 'Educar o Formar' a tus hijos, deberá tener coherencia en las acciones que realices como adulto; es decir, deberás ser congruente entre lo que piensas, dices y haces.
Por último, cualquier estilo disciplinario que emplees para 'Educar o Formar' a tus hijos, deberá tener coherencia en las acciones que realices como adulto; es decir, deberás ser congruente entre lo que piensas, dices y haces.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
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