Para quienes se encuentran cursando la carrera de psicología y sobre todo para quienes ya ejercemos la profesión, se presenta una constante lucha teórica, personal y colectiva: ¿En qué tendencia o paradigma sustentar el ejercicio de la profesión?, ¿Psicólogo para qué?, ¿Psicólogo de quiénes?, ¿Hacia dónde va la evolución histórica de la psicología y de la sociedad?, ¿Cómo aportar valor a la sociedad desde la psicología?, ¿Cómo ser un buen psicólogo y al mismo tiempo un referente a seguir?
Sin duda alguna son preguntas complejas que requieren un riguroso análisis histórico y científico. Incluso no son de debate exclusivo de los profesionales de la salud mental o similares, sino que involucran al conjunto de la sociedad.
En este artículo se presenta un análisis y varias propuestas al respecto. Sirvan estas líneas para contribuir a direccionar un correcto ejercicio de la profesión y principalmente aportar valor a la sociedad.
Orígenes de la psicología
En las escuelas y facultades de psicología o especialidades humanísticas existe una fuerte tendencia a omitir este tema de gran importancia, o a la suma se lo trata de forma escolástica (al margen de la realidad) y en un par de clases.
Conocer el origen de la psicología es de vital importancia, pues nos permite indagar la fisiología (procesos y funciones) del cerebro, y el estudio de la psique humana; comprendiendo cómo la conducta es influenciada por la mente, y que a su vez condiciona los pensamientos, emociones y comportamientos. Sin comprender esto, es prácticamente imposible interpretar la realidad social y querer transformarla. Sería tanto como pretender ser médico sin conocer la evolución biológica de las enfermedades y de los tratamientos.
La Psicología desde el punto de vista empírico tiene su origen en Europa hace aproximadamente 150 años. Sus antecedentes principales fueron la Fisiología y la Filosofía, las cuales en la antigüedad se preocupaban de la naturaleza humana y por los motivos de su comportamiento.
La psicología nace como ciencia al separarse de la filosofía, específicamente en 1879 cuando el fisiólogo, filósofo y psicólogo, Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, Alemania, marcando un referente histórico en el surgimiento de la psicología como una ciencia humana y fáctica (bio-psico-social y natural).
Es decir, la psicología como toda ciencia en sí misma es progresista y revolucionaria, pues rompe con lo viejo y tradicional, con los dogmas y lo irracional, y es de esperarse, ya que, al ser parte integral de la filosofía, y posteriormente al separarse, continúa en vigencia con sus leyes más generales que rigen el desarrollo de la Naturaleza, la Sociedad y el Pensamiento.
El Problema fundamental de la Psicología
La psicología como una ciencia humana y fáctica, estudia el cerebro y con ello los procesos psíquicos que condicionan toda conducta, en base al comportamiento.
Es así que se va planteando el problema, de si primero existe la materia y luego la idea o si la idea es primero y después la materia, constituyéndose en el problema fundamental en la psicología de nuestros días. Es decir, se dan las dos concepciones del mundo: IDEALISMO y MATERIALISMO. Vale insistir que ésta no es una simple discusión bizantina, pues de la concepción que elijamos se proyecta absolutamente todo nuestro pensamiento y nuestra vida.
En la actualidad nuevas tendencias psicológicas se fundamentan en un 80% en que primero es la idea y luego la materia; es decir, parten desde el Idealismo “primero pensamos y luego existimos”. No admite la posibilidad del ser humano para conocer el mundo que le rodea y por ende transformarlo, ya que basa su disciplina en la escolástica (al margen de la realidad social concreta).
Ejemplo:
Psicología Positiva. - plantea que, a pesar de toda circunstancia adversa, debemos ser positivos, pensar positivo, emociones positivas, conductas positivas; en fin, debes ser positivo lo más que te sea posible y tu realidad mejorará aprendiendo y superando la adversidad. Es decir, no se fundamenta en un ‘análisis concreto de la realidad concreta’. Ejemplo, la actual emergencia sanitaria del Covid-19, ha ocasionado que las personas se encuentren confinadas (encerradas) en casa; sin generar liquidez económica, esto hace que las personas que viven de sus ingresos diarios, semanales se encuentren con altos niveles de ansiedad y estrés, pues hay que comprar comida todos los días, vestirse, pagar arriendos, pensiones, etc. Es ahí donde el ser positivo o pensar positivo (Ideas) no soluciona la crisis económica, la cual se desata en una serie de problemas (Materia). ¡Ojo! (En Latinoamérica más del 80% de su población vive en tales condiciones), es ahí donde no encuentra ni encontrara soluciones objetivas, una psicología basada en las ideas y no en la materia (realidad social), o es que estas nuevas tendencias psicológicas están específicamente diseñadas solo para ciertos sectores de la población (intelectuales, profesionales, empresarios e individuos con liquidez económica), y si ese fuese el caso valdría la pregunta ¿Psicólogo para quienes?
Otros ejemplos:
- Psicología transpersonal
- Mindfulness
El rol del psicólogo en la sociedad
En la sociedad actual, por norma general, se ve al profesional de la salud mental como a alguien que, si bien se le necesita para ciertos problemas o patologías mentales, no es un vector de valor personal o social. Es decir, tiene una imagen social devaluada. Y no es para menos, pues si bien existen psicólogos que hacen honor a la profesión ‘contribuyendo con un trabajo honesto y eficiente, con publicaciones, conferencias de la salud mental y social, desde la academia, aportando valor a la sociedad, etc’; también hay una cantidad considerable de oportunistas y vividores o indiferentes a los problemas sociales.
Históricamente las diferentes asociaciones de psicólogos ha cumplido dos papeles distintos: en muchos casos como terapeutas de problemas y enfermedades mentales y en otros casos en menor cantidad como psicólogos ligados a la investigación mecanicista sobre patologías mentales.
En este punto, muchos estudiantes de psicología y psicólogos preguntarán: ¿Entonces de qué forma aportamos valor a la sociedad?, y la respuesta es más que evidente, des-aprendiendo pseudo modelos psicológicos que parten desde las ideas, y re-aprendiendo que la mente solo refleja materia (entornos y contextos sociales), una vez interpretado la realidad, hay que transformarla mediante la práctica social concreta; es decir, superándose personal, profesional y socialmente, dejando un legado de pensamiento, mediante:
Escritos (Blogs, páginas web, redes sociales, etc)
Libros y Artículos científicos.
Conferencias, Seminarios, Talleres, etc.
En base a experiencias propias y ajenas, a lecturas académicas y perspectivas sociales, he aquí un listado de actividades profesionales y sociales que potencialmente serían factibles para los psicólogos de nuevo tipo:
-Realizar consultoría y asesoría psicológica en materia social
-Ser psicólogo de sindicatos, comunidades, gremios, barrios o PYMES
-Trabajar en ciertas ONG’s que aporten valor a la sociedad
-Ser psicólogo investigador, divulgador científico o dar cátedra universitaria
-Trabajar en Instituciones educativas (públicas y privadas)
-El libre ejercicio de la profesión individual o colectivamente
-Ejercer la profesión mediante el uso de las TICs 'Telepsicología'
-Ejercer la profesión mediante el uso de las TICs 'Telepsicología'
-Realizar publicaciones, libros, sobre nuevos enfoques psicosociales
Hay que ser conscientes que la vieja generación de psicólogos fenece y va dando paso a nuevos profesionales de la salud mental que se aprestan a ejercer la psicología en medio de un mundo lleno de injusticias y contradicciones, de cambios e innovaciones permanentes.
El viejo arquetipo del psicólogo de escritorio, separado de la realidad, NO SIRVE al desarrollo de la sociedad. Corresponde forjar nuevos estudiantes y profesionales de la salud mental en base a un espíritu altruista, científico, democrático y colectivista.
Hacia un nuevo tipo de sociedad
El mundo camina hacia grandes acontecimientos. Los actuales sistemas y civilizaciones: viejos, injustos y contradictorios, terminarán hundiéndose y nacerán en su lugar otros, más avanzados, más justos. En ese camino los estudiantes y profesionales de la salud mental tenemos una responsabilidad enorme. Podemos mirar hacia otro lado mientras todo esto sucede, o incluso peor ponernos del lado de quienes oprimen, explotan y saquean, o unirnos a las clases populares, a los trabajadores, y luchar junto a ellos por construir una nueva sociedad utilizando el conocimiento científico, dialéctico y democrático.
En cuanto a la psicología y su aplicación hay que combatir toda ficción positivista y escolástica con las que están barnizadas los nuevos modelos y escuelas psicológicas burguesas. Han llegado al punto en que todo problema social debe estar ligado al idealismo.
En este sentido hay importantes corrientes psicológicas a seguir como es el caso de la Constructivista y la Humanista, donde su centro de estudio es la realización personal del ser humano en función del entorno donde viven y el contexto donde se desarrollan. Por ejemplo. La teoría psicosocial de Vygotsky y Bandura establecen que el ser humano se encuentra determinado histórico y socialmente por el contexto social y cultural; así mismo, Abraham Maslow postula que la esencia del ser humano va más allá de nacer, crecer, trabajar, interrelacionarse, reproducirse, consumir y morir; pues debe buscar alcanzar la Autorrealización; es decir, trascender en la vida ante la muerte, aportando valor a la sociedad en base a un legado de pensamiento.
En definitiva, nuestra sociedad requiere de un nuevo tipo de psicólogos, acorde a los avances sociales y tecnológicos, pero principalmente que responda a las necesidades económicas y socio-culturales. Esto no es quimera ni utopía, sino ciencia, justicia y comprensión dialéctica del devenir histórico.
Recibe un abrazo de mi parte.
Rayan Muepaz
Fundador del Proyecto Nueva Psicología
Contactos:
Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website
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