Más de un tercio de la población mundial vive
actualmente bajo medidas de aislamiento social, confinados las 24 horas del día
en casa, resultando un escenario complejo y difícil de afrontar para casi toda
la humanidad, ya sea que estés solo, con amigos, en pareja o en familia, se comienza
a experimentar una serie de efectos psicológicos, como reflejo de la actual crisis
social.
La realidad es que la sociedad contemporánea se
encuentra atravesando una gran convulsión de histeria colectiva, a tal punto
que se puede evidenciar la fragilidad de la mente (pensamientos, emociones, creencias), frente a la adversidad y lo
desconocido; es decir, la emergencia sanitaria actual desatada por el
coronavirus (Covid-19), ha ocasionado que las personas entren en un estado de pánico,
incertidumbre y desesperanza, donde el temor por contraer la enfermedad y con
ello la muerte se encuentran latentes
Pero
¿Por qué existe el miedo hacia la enfermedad y la muerte?
La preocupación por la salud y el hecho de no desear
enfermar, en cierta parte es una reacción normal y racional que se da por la
necesidad de evitar el dolor y para garantizar la supervivencia, cuando esta se convierte en un miedo excesivo e irracional podemos estar frente a un caso
de ‘nosofobia’ (miedo irracional a contraer
una enfermedad).
Por otra parte, al igual que el miedo a enfermar, el
miedo a la muerte está ligado a un proceso natural de supervivencia, donde el
cerebro reptiliano (cerebro primitivo)
activa el instinto de sobrevivencia como un ordenador biológico que permite
controlar el comportamiento en función de mantenernos con vida.
No obstante, las emociones juegan un papel fundamental
al momento de comprender la vida y la muerte, es así que el cerebro límbico (cerebro emocional) interpreta la
realidad externa (estímulos) y produce una respuesta (emociones positivas o negativas), dependiendo de la situación, el
entorno y el contexto.
Es decir, mientras más complejo sea el entorno y más
incierto sea el contexto, la mente condiciona emociones negativas, haciendo
que el miedo a morir se interiorice en los pensamientos, los cuales se distorsionan
produciendo un miedo irracional que nos paraliza.
Cuando esta preocupación hacia la muerte se convierte
en excesiva e irracional se la denomina como ‘tanatofobia’.
Crisis social
Una crisis social, siempre pone en evidencia una serie de problemas latentes y preexistentes en la sociedad; por ejemplo, la crisis en la economía mundial, la desigualdad de condiciones sociales y entornos desfavorables en la que vive el ser humano, la desatención sanitaria de los gobiernos para con sus pueblos, los problemas de la globalización, la desnutrición de muchos sectores sociales que sirven como caldo de cultivo de nuevos virus, bacterias y enfermedades letales.
Entonces,
¿Por qué el miedo hacia la enfermedad y la muerte se agudizan al afrontar una crisis
social?
Hombres y mujeres somos seres emocionales y racionales
por excelencia, sin embargo, las emociones influyen en un 70% en mayor o menor
grado en todas las acciones que realizamos en el día a día; es decir, frente a un
problema o situación adversa, el papel que juegan la emociones es crucial al
limitar o afrontar la realidad concreta.
El cerebro como órgano material abstrae toda la información
de la realidad existente y se adapta por completo a ella, por otra parte, el
experimentar una realidad desconocida, hace que los sentimientos de ansiedad e
incertidumbre se agudicen, permitiendo que resurjan miedos y temores irracionales,
como es el miedo a contraer la enfermedad del coronavirus o a creer que la
muerte es inminente en caso de contagiarse. ¡Ojo! (me refiero a los jóvenes y adultos que no poseen patologías mentales
o enfermedades catastróficas)
Características:
-La mayor parte del día pasan demasiado preocupados
por su estado de salud, revisando constantemente los medios de comunicación,
para estar sobre informados de la sintomatología, tratamiento, cifras de contagios y
mortalidad.
-Se sienten ansiosos e inseguros, aunque saben que se
encuentran sanos y resguardados en casa.
-Existe una histeria colectiva, donde creen que cualquiera
que estornude se encuentra enfermo y, por lo tanto, él o ella también se
contagiara.
-El pánico y la angustia se apoderan de sus
pensamientos, creyendo que todo ha terminado y no hay esperanza, más que resignarse
a vivir así.
-Se estresa demasiado ocasionando que el organismo se
desequilibre, produciendo cambios físicos: tensión muscular, dolor de cabeza,
problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones,
palpitaciones, respiración agitada, etc
-Se paraliza por un miedo intenso y extremo que lleva
a un bloqueo emocional e irracional.
Conclusión
El afrontar una crisis social, permite comprender el
sentido real que posee la vida; es decir, la gran importancia de trascender ante la muerte, donde más allá de reproducirse y procrear (hijos) que
es una parte de la esencia de la vida, deberás buscar y encontrar ¿Cuál es tu
propósito en la vida?, ¿Qué principios o valores defiendes? y ¿Cuál es o será
tu legado para la humanidad?, al fin de cuentas todos somos pasajeros por la
existencia humana y lo único que quedará es nuestro legado de Pensamiento.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
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