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El sueño es indispensable
para la salud óptima. Dormir las horas adecuadas, sumadas a un descanso
reparador, nos genera beneficios tanto físicos como psicológicos. Sin embargo,
la privación del mismo de manera prolongada acarrea efectos contrarios que no
tardan en hacerse evidentes, limitando el estado óptimo de nuestra salud.
Pero,
¿Qué es el insomnio?
El Insomnio implica la falta de sueño y una dificultad para conciliarlo y/o mantenerlo, es decir, existe una
incapacidad para dormir o se duerme poco durante varios días consecutivos. ¡OJO! El insomnio no incluye el hecho que un
día, de forma aislada, una persona no haya podido dormir.
Básicamente el insomnio es
la percepción que tiene el individuo de un sueño inadecuado, no reparador de
forma repetida. Junto a esta sintomatología la persona padece diversas manifestaciones físicas y psíquicas asociadas, como
dolor de cabeza, falta de concentración, irritabilidad, etc., que le
impide llevar su día a día con normalidad, como acudir al trabajo, estudios o
realizar sus actividades diarias de forma continuada en el tiempo.
Generalmente el insomnio se divide en:
Insomnio
Situacional. - este
corresponde a un período puntual, que tiene sus causas específicas: angustia o
duelo por alguna pérdida reciente, estar cursando alguna enfermedad o tener a
algún pariente cercano enfermo, que implique ansiedad y cambios en la rutina.
Insomnio Crónico. - hace referencia a una dificultad para conciliar y/o
sostener el descanso de manera repetida y prolongada a lo largo del tiempo.
(En
este último caso hacemos hincapié, considerando la necesidad de una consulta tanto médica como psicológica,
para determinar las causas e iniciar un tratamiento)
El Insomnio es un síntoma que puede estar presente en
prácticamente cualquier cuadro. Por esto es importante determinar cuál es la condición de base que lo desencadena, para
poder abordarlo de la manera correcta.
Puede haber insomnio
presente en cuadros totalmente diferentes (adicciones, bipolaridad, ansiedad, depresión, entre
otros), y en cada uno, se trata de factores y circunstancias particulares. De
tal manera, es necesario registrar, en principio, si se está sufriendo de
Insomnio de manera continua, para luego hacer la consulta pertinente que
permita una evaluación en su
particularidad.
Efectos
del insomnio en la salud:
El Insomnio ataca el descanso de la persona, que es
esencial para poder llevar adelante una vida saludable. Permitir que este
síntoma se extienda en el tiempo es perjudicial porque dificulta considerablemente la calidad de
vida de quien la sufre.
El Insomnio impide
un correcto desarrollo de la vida diurna, arrastrando a su paso todas las áreas
en que el individuo se desempeña, viéndose afectado el estudio, el
trabajo, la vida social, familiar y la capacidad creativa.
Por eso, se recomienda en primer término conocer los distintos tipos de Insomnio y las
formas en las que suele presentarse.
Existen tres tipos de Insomnio:
1. Insomnio de
Conciliación o de Inicio.
2.
Insomnio de Mantenimiento o Sueño Fragmentado.
3.
Insomnio Tardío o Despertar Precoz.
El Primero implica
la dificultad para conciliar el
sueño al momento de ir a dormir.
El segundo,
la dificultad para sostener el
descanso, siendo el sueño entrecortado e interrumpido impidiendo un descanso profundo.
El tercero hace
referencia al despertar prematuro,
habiendo dormido pocas horas, sin
poder volver a conciliar el sueño.
En síntesis:
Sufrir de Insomnio implica cualquiera de estas
manifestaciones que se sucedan por
un período de varias semanas de manera continua.
Los síntomas incluyen también la sensación de cansancio o de no haber
descansado lo suficiente, que se percibe durante el día.
De ser así, se recomienda realizar una consulta médica y psicológica lo antes
posible.
Todas las técnicas de
relajación o actividades tendientes a favorecer el proceso de sueño son banales
si se desconoce cuál es su origen. Por eso mismo, lo fundamental es la consulta
profesional.
Posteriormente, y de ser necesario, se podrá hacer
foco en otras actividades que puedan colaborar, como el ejercicio físico, las
técnicas de respiración y la meditación, entre otras.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
Contactos:
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La Ansiedad es
muy frecuente en la actualidad. Es prácticamente el síntoma de nuestra época por excelencia, un estado
psicofisiológico que la mayoría de las personas, hemos experimentado en algún
momento de nuestra vida.
La ansiedad implica una serie de alteraciones en el organismo, a diferentes niveles:
conductual, fisiológico, emocional. Se trata de un estado anormal de
sobreexcitación, nerviosismo y tensión, en el que nos encontramos cuando
nuestros recursos resultan insuficientes para hacer frente a las demandas o
exigencias del entorno.
Pero, así como podemos reconocer sus características,
es importante tener presente los efectos
que en su permanencia acarrean para la salud, siendo indispensable tener
en claro que los síntomas de
ansiedad, de por sí, no reflejan síntomas de algún problema fisiológico determinado.
Por ejemplo, si estás sufriendo una crisis de ansiedad
y temes sufrir un ataque cardíaco, es importante que tengas en cuenta que no
ocurre de ese modo. Las crisis de
ansiedad o ataques de pánico, son situaciones de intensa activación de alarma,
pero no implican de por sí que se sufra de alguna patología concomitante.
Esto es importante aclararlo porque es un temor muy frecuente de quienes sufren de
síntomas de ansiedad, y ese temor agregado, suele complejizar el
cuadro. Generando mayor ansiedad en consecuencia e impidiendo que ceda el
episodio.
Por eso, debemos ser muy cautelosos al informar. Las
personas que sufren de ansiedad se suelen asustar fácilmente al recibir información que muchas veces es incorrecta y
extremista.
Apreciado lector, en este artículo abordaremos sobre la
ansiedad, pretendiendo conocer sus efectos sobre la salud y alentar a quienes sufren de ansiedad a realizar una
consulta psicológica. Ya que muchas veces nos acostumbramos a sufrir
estos síntomas, dejando pasar el tiempo, y permitiendo así que se generen efectos adversos para la salud (física,
mental y emocional), que, de haber consultado previamente, podrían evitarse.
Síntomas:
Los signos y síntomas de la ansiedad más comunes son:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
- Sensación de peligro inminente, pánico y
desesperación
- Aumento del ritmo cardíaco
- Respiración acelerada (hiperventilación)
- Sudoración y Temblores
-Reacciones cutáneas y Problemas de garganta
- Sensación de debilidad o cansancio
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra
cosa que no sea la preocupación actual
- Problemas para conciliar el sueño
- Padecer problemas gastrointestinales
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que
generan ansiedad
Efectos:
-
En primer lugar, es necesario intervenir a tiempo y prevenir porque prolongar un estado de alerta constante
no es aconsejable para la salud integral del individuo.
-
El estado de alerta nos priva del
disfrute, de llevar a cabo proyectos o acciones en dirección a lo que deseamos.
-
Nos trae problemas en el área vincular
y afectiva, disfunciones sexuales, dificultad para manifestar nuestras
emociones, etc.
-
Conlleva, además, problemas en la concentración, impidiendo el desarrollo
correcto en el área académica y laboral y social.
-
Acarrea problemas
gastrointestinales, agudiza las patologías respiratorias y desencadena en
muchos casos síntomas cutáneos, entre otros.
-
Ocasiona que nuestros músculos se tensionen, resultando en contracturas musculares, dolores, migrañas y
cefaleas.
-
El estado de alerta constante puede que, a largo plazo, intensifique el riesgo de contraer hipertensión a alguna
enfermedad cardiovascular. Así como también alguna patología del
sistema digestivo, como Colon
Irritable o úlceras.
-
Genera un debilitamiento del
Sistema Inmunitario, favoreciendo la contracción de enfermedades.
-
Puede acarrear insomnio, lo cual
tiene a su vez aparejados otros síntomas asociados como el cansancio y la
fatiga, etc.
Es decir, la ansiedad es un estado de alerta, donde sus efectos en la salud variarán de un caso a
otro, dependiendo de la persona y su entorno, siendo diferentes los efectos a
corto plazo que a largo plazo.
La ansiedad presenta síntomas sumamente viscerales e instintivos. Y por
esto, resulta muy difícil de
controlar desde la conciencia (razón).
Conclusión
Conocer los efectos de la ansiedad en el cuerpo y en
la salud integral del individuo nos permite, como personas, tomar responsabilidad sobre un síntoma
que se masifica y muchas veces, desde el sistema mismo, se estimula (la
velocidad, el estar siempre disponibles, son modos que predisponen a la
ansiedad); para poder así intervenir
adecuadamente y prevenir el desarrollo de patologías asociadas.
¿Cuándo
consultar a un profesional de la salud?
Consulta con el psicólogo en
los siguientes casos:
1.
Sientes que te estás preocupando demasiado y que esto interfiere en tu trabajo,
tus relaciones y otros aspectos de tu vida
2.Tu
miedo, tu preocupación o tu ansiedad te causan malestar y te resulta difícil
controlarlos
3.
Te sientes deprimido, tienes problemas con el consumo de alcohol o drogas, o
tienes otros problemas de salud mental junto con ansiedad
4.
Piensas que tu ansiedad podría estar vinculada a un problema de salud física
5.
Tienes pensamientos o conductas suicidas (de ser así, procura tratamiento de
urgencia inmediatamente)
Es posible que tus
preocupaciones no se vayan por sí solas y que empeoren con el paso del tiempo
si no procuras ayuda. Visita a tu psicólogo o a un profesional de salud mental
antes de que tu ansiedad empeore. Es más fácil tratarla si obtienes ayuda
pronto.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
Contactos:
Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website
WhatsApp: https://wa.link/5ipio5
El miedo
es una respuesta defensiva que tiene por función, inicialmente, la supervivencia. Los
animales manifiestan miedo ante un potencial peligro, y esta reacción les
permite tomar las acciones necesarias para prevenir una consecuencia negativa.
No obstante, los seres humanos, podemos experimentar miedo ante objetos o sucesos muy
diversos, muchos de los cuales no representan necesariamente un
riesgo real.
Los miedos,
en su justa medida, son lógicos y necesarios para el funcionamiento psíquico
saludable. Pueden ser aliados en la detección de posibles consecuencias
negativas y nos pueden alertar ante situaciones peligrosas.
Una persona que no teme ante nada ni presenta
nerviosismo o ansiedad alguna ante sucesos nuevos o potencialmente riesgosos,
nos da indicios desde el punto de vista psicológico de que algo no anda bien,
es decir, puede presentar alteraciones en ciertas regiones del cerebro, específicamente
en sistema límbico.
Del mismo modo, en el otro extremo, el miedo se puede
transformar en un problema. Si el
miedo es amplio y se manifiesta persistentemente, se transforma en una trampa,
que le impide el equilibrio emocional de una persona.
Características:
Una de las características del miedo es que, si se lo permitimos, cada vez abarca más
áreas, dejándonos cada vez más acorralados, llenado nuestras vidas de miedo,
incertidumbre y desesperanza.
¿Qué
es una fobia?
La Fobia,
es el nombre que se le da a ese temor
irracional, intenso y duradero, que le impide a la persona acercarse a
aquello que la provoca.
En Psicología, as específicamente desde el
Psicoanálisis, se denomina “Parapetos
fóbicos” a todos los mecanismos de defensa secundarios que surgen
para evitar encontrarse con el
objeto que dispara la fobia. En principio la evitación y la huida son
mayormente los que se ponen en juego. Se genera entonces una suerte de
laberinto, de conductas e
inhibiciones orquestados para evitar, desde todo punto de vista, al objeto y la
consecuente emergencia de angustia.
Este laberinto cada vez se hace más grande y más complejo. Por eso es fundamental
una consulta profesional cuando se observa que
síntomas fóbicos se han instalado o están avanzando en la vida de un sujeto.
El parámetro fundamental a tener en cuenta es hasta donde el sujeto evita y a qué renuncia
debido a la fobia.
Si un sujeto experimenta miedos frecuentemente, pero
conserva su vida social, académica y laboral sin conflictos, se considera que
no hay un mecanismo fóbico lo suficientemente invasivo como para considerarse
patológico.
Características de la fobia
En las fobias se produce un miedo intenso y
persistente, excesivo o irracional ante objetos o situaciones concretas
(animales, alturas, espacios cerrados, etc). La proximidad física o la
anticipación del objeto o situación temida provoca una respuesta inmediata de
ansiedad (sudoración, taquicardia, palpitaciones, temblores, mareo, etc) que
puede llevar al ataque de pánico, por lo que la persona tratará de
evitar esos objetos o situaciones en el futuro. Para poder diagnosticar una
fobia, ésta debe producir una gran interferencia o alto grado de malestar en la
vida del sujeto.
Es un punto clave determinar si hay áreas de la vida del sujeto que están
siendo avasalladas por este síntoma.
Si el sujeto comienza a evitar cada vez más
situaciones, comenzando a verse afectado
su desempeño en áreas de importancia, impidiendo que pueda llevar a cabo sus
deseos o anhelos o frenando el desarrollo de sus potencialidades, entonces, se
presenta la necesidad de una consulta terapéutica.
¿Qué
hacer?
El tratamiento en el caso de las fobias está orientado
a permitir que el sujeto pueda liberarse paulatinamente de las ataduras que
estos síntomas representan.
Dependiendo del tipo de terapia que se realice se
indagará en el trasfondo del miedo, se expondrá al sujeto a enfrentarlo, o se
trabajará en las modalidades cognitivas que acompañan la experiencia de temor.
Se aconseja la consulta lo
antes posible en caso de detectarse síntomas para evitar el despliegue y mayor
alcance de éstos a lo largo del tiempo.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
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El alter ego es considerado como una personalidad alterna de sí mismo, en
la cual una persona puede llegar a crear una doble identidad, una identidad
secreta que se acerca a su yo ideal, esta puede ser provocada voluntariamente,
o en algunos casos es causa de algún trastorno mental que afecte al individuo. ¡Ojo!
El alter ego solo es un factor nocivo en
el caso del trastorno de identidad disociativo, más conocido como “personalidad múltiple”
Es importante tener en
cuenta que tener un alter ego no implica sufrir un trastorno de identidad
disociativo
¿Qué
es?
La expresión Alter Ego proviene del latín ‘alter’, que
significa otros, es decir, es el conjunto de comportamientos, emociones, creencias
y pensamientos distintos a los mostrados normalmente por la persona. Una
personalidad externa, una identidad que se acerca a su mejor versión.
Por otro lado, el concepto es ampliamente utilizado
para referirse al individuo que puede ser real o ser parte de una ficción, y
que, ya sea por sus características físicas o por el carácter, personalidad que
manifiesta, generalmente se identifica con él o ella, es decir, cuando una
persona se identifica o admira y actúa como tal, podemos establecer que es su
alter ego.
Apreciado lector, hoy vamos a aprender a crear esta
personalidad que simplemente es la mejor versión de ti, que está esperando salir.
Que tal vez ciertos paradigmas ciertos traumas ciertas historias de tu vida no
lo dejan o no la dejan salir, pero hoy vamos a conocer la importancia de tener
uno o varios.
Construir un Alter Ego
La construcción de un alter
ego es un recurso que a veces tiene fines terapéuticos. La otra identidad puede encargarse de hacer muchas de
las cosas que resultan difíciles o complejas (limitaciones), de ejecutar en
diferentes aspectos y áreas de la vida. Por
ejemplo, una persona que le resulta difícil
relacionarse en grupos sociales podría crear un alter ego experto en
habilidades sociales para exponerse a diversas situaciones sociales en
condiciones diferentes.
Ese otro yo, o personaje creado o tomado la realidad (personajes
famosos, actores, artistas, deportistas, académicos, científicos, etc),
pueden tener su propio nombre, su propia historia, etc; siendo un recurso psicológico
que eventualmente resultará provechoso para superar un sinnúmero de limitaciones.
El alter ego debe construirse de manera consciente y
con propósitos saludables, para que así pueda convertirse en un excelente
recurso para crecer como persona, vivir mejor y disfrutar de la vida.
Para crear un Alter ego es muy necesario establecer 3
ideas fundamentales descritas a continuación:
¿CUÁL ES SU PROPÓSITO?
¿Qué propósito tiene ese alter ego?, quizás darte más
seguridad, ayudarte a hablar mejor en público, optimizar tu salud, contribuir
en tus objetivos de vida, etc.
¿POR QUÉ LO CREAS?
En qué situaciones del día a día contribuirá tu Alter
ego:
-Vencer tus miedos
- Reforzar tu personalidad
- Forjar hábitos constructivos
- Encaminarte en tus proyectos personales, etc
¿CÓMO ES SU PERSONALIDAD?
A la hora de crear o elegir uno o varios alter ego,
debemos fijarnos especialmente en su personalidad:
Apariencia (rasgos físicos, gustos de vestimenta,
accesorios, etc)
Su comportamiento (conducta)
Su comunicación (expresión verbal y corporal)
En que basa su vida (espiritualidad)
Su congruencia (piensa, dice y hace)
Este tipo de preguntas te ayudarán a decidir cuál es
será la motivación principal de tu nueva identidad. Debido a que la estás
creando para ayudarte, es necesario que tenga una misión; un propósito para el
que ha sido ideada.
Conclusión
Es muy importante basar tu alter ego en alguien que te
inspire. Puede tratarse tanto de una persona que conozcas, como de un famoso o
incluso un personaje de ficción. La idea es escoger a alguien que tenga casi
todos los rasgos que quieres incluir en tu nueva personalidad.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
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WhatsApp: https://wa.link/5ipio5
La palabra personalidad proviene de la palabra “persona”
que era las máscaras que se ponían los actores de teatro griego y romano para
representar sus papeles, pero el término de personalidad proviene de la palabra
latín medieval personalistas que significa no sólo lo que muestra la
apariencia de la máscara, sino también todo lo que hay detrás de ella.
La personalidad implica todo lo que el individuo
siente y percibe, lo que piensa, valora e interpreta y cómo actúa (comportamiento),
es decir, la personalidad es lo que el individuo siente, piensa y hace, y al ser
tan amplio el espectro conductual el abanico de posibilidades es infinito, existiendo tantas personalidades, como personas existen en el mundo y existirán y aun así
desde siempre el ser humano ha querido definir y clasificar las personalidades, aunque seamos en ese sentido de personalidad únicos, siempre detectamos
ciertos matices que se parecen mucho a los unos a los otros.
¿Qué
es?
La personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una
persona y que la diferencian de las demás.
Hay franjas comunes dentro de esa personalidad y
detectar esas similitudes es muy útil tanto como para conocer mejor al
individuo como para predecir su conducta, esto es algo que llevamos haciendo
desde hace muchísimo tiempo de forma intuitiva, siempre hemos escuchado esa
expresión de te pareces a tu abuelo o actúas como tu padre refiriéndose a nuestro
comportamiento.
Además, siempre buscamos la forma más simple de
definir a los demás, pero en esa definición buscamos abarcar lo máximo posible
sobre esa persona, por ejemplo, si decimos que una persona es amable nos hacemos
ideas de cómo es esa persona al establecerle un adjetivo calificativo.
En la psicología surge el modelo de rasgos qué es una
forma de entender la personalidad en base a conductas estables y consistentes
en el espacio y en el tiempo que definen a una persona y que se pueden
clasificar en diferentes rasgos, que además pueden llevar a ser predecibles.
El modelo de los 5 Grandes o modelo Ocean
El modelo de los cinco grandes (The big five model)
consiste en una clasificación de la personalidad en cinco grandes dimensiones.
El primero en mencionar un posible modelo de
personalidad basado en factores predecibles fue Thurstone, en su discurso frente
a la Asociación
Americana de Psicología (APA) en 1933, aunque la historia de
cómo se elaboró esta teoría es un poco más larga.
La teoría que conforma el “Modelo de los cinco
grandes” nace a raíz de diversos estudios que trataban de averiguar cuáles son
los factores y desencadenantes para explicar la personalidad de las personas. Este modelo nace en el
año 1933 pero no se consolidaría como teoría hasta el año 1993, de hecho, es
esta teoría la que ha desembocado en distintos tests que sirven para evaluar y
medir los rasgos y características de la personalidad.
Según Goldberg, los cinco grandes rasgos de
personalidad, también llamados factores principales, reciben los siguientes
nombres:
factor
O (apertura a
las nuevas experiencias)
factor
C (responsabilidad)
factor
E (extroversión)
factor A (amabilidad)
factor
N (neuroticismo o
inestabilidad emocional)
Formando así el acrónimo “OCEAN”.
Apertura a la experiencia
El primer rasgo que identificamos en este modelo es la
apertura a la experiencia, acuñado como el Factor O. Este rasgo está totalmente
relacionado con la capacidad
humana de buscar nuevas experiencias en nuestra vida, así mismo también
tiene que ver con la habilidad de visualizar un futuro de forma creativa.
Las personas con un nivel elevado de apertura a la
experiencia son perfiles imaginativos, que aprecian la cultura y que consiguen establecer relaciones cooperativas con los demás.
Este tipo de personas persiguen el cambio continuo ya que están seguras de que
si se aferran a ideas fijas significa aferrarse al inmovilismo y a la quietud.
Responsabilidad
Esta dimensión puede ser descrita como la tendencia de
una persona a controlar sus impulsos y a actuar de maneras socialmente
aceptables. Podríamos hablar de un comportamiento dirigido a metas. Las
personas concienzudas sobresalen en su habilidad para retrasar la satisfacción,
planear y organizar eficazmente. Alguien que tenga una puntuación alta en este
factor es probable que tenga éxito en los estudios y en su carrera profesional
ya que perseguirá sus metas con determinación y premeditación. Por el
contrario, una persona que con baja puntuación en esta dimensión será mucho más
propensa a postergar esfuerzos, a ser huidiza, impetuosa e impulsiva.
Extraversión
La extraversión tiene que ver con el grado en el
que el sujeto está abierto con los
demás, es decir, el factor E analiza cuánto le agrada a un sujeto estar
rodeado de los demás.
Esta dimensión procura identificar el nivel de
comodidad del individuo en las relaciones. A priori, ser extrovertido o
introvertido no es ni bueno ni malo, simplemente disfrutan del contacto social
de manera distinta. Los extrovertidos tienden a ser gregarios, asertivos y
sociables mientras que los introvertidos tienden a ser reservados, tímidos y
callados.
Amabilidad
La amabilidad es el rasgo que muestra el grado de tolerancia y respeto de una persona. Una
persona amable será aquélla que confía en la honestidad de la palabra, su
vocación es prestar la ayuda a aquellos que lo necesiten.
Esta dimensión se refiere a la propensión de un
individuo a ceder ante otros. Las personas altamente amables/agradables son empáticas,
cooperativas, cálidas y confiadas. Las personas que obtienen una puntuación
baja suelen mostrarse más frías, desagradables y antagónicas.
Estabilidad emocional
Esta dimensión, también conocida como neuroticismo,
señala la capacidad de una persona para soportar situaciones de estrés. Las
personas con puntuaciones altas en neuroticismo generalmente van a mostrar
ansiedad, preocupación y baja autoestima. Tienen tendencia a enojarse con
facilidad y suelen ser personas más inseguras. En el polo opuesto, las personas
con puntuaciones bajas en neuroticismo tienen una mayor estabilidad emocional y,
por tanto, tienden a ser calmadas y seguras de sí mismas.
La estabilidad emocional es la resiliencia con la que una persona afronta
las situaciones problemáticas en la vida, los individuos tranquilos no
suelen sentir rabia y huyen del enfado, su estado es animado y saben gestionar
correctamente las crisis personales.
Conclusión
El comportamiento de las
personas en un entorno y contextos determinados no puede tratarse como una
ciencia exacta, sin embargo, existen diferencias interindividuales y una gran
cantidad de factores del entorno que inciden directamente en nuestra conducta.
En cualquier caso, este modelo resulta de utilidad a la hora de predecir cómo
se comportan las personas ante determinadas situaciones y ambientes. Además, a nivel
individual, conocer estas cinco dimensiones puede servirnos para mejorar
nuestro autoconocimiento y con ello identificar las áreas en las que debemos
esforzarnos más. Siempre existe margen de mejora, aunque se debe asumir
que cambiar no suele ser nada fácil.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
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