La palabra personalidad proviene de la palabra “persona”
que era las máscaras que se ponían los actores de teatro griego y romano para
representar sus papeles, pero el término de personalidad proviene de la palabra
latín medieval personalistas que significa no sólo lo que muestra la
apariencia de la máscara, sino también todo lo que hay detrás de ella.
La personalidad implica todo lo que el individuo
siente y percibe, lo que piensa, valora e interpreta y cómo actúa (comportamiento),
es decir, la personalidad es lo que el individuo siente, piensa y hace, y al ser
tan amplio el espectro conductual el abanico de posibilidades es infinito, existiendo tantas personalidades, como personas existen en el mundo y existirán y aun así
desde siempre el ser humano ha querido definir y clasificar las personalidades, aunque seamos en ese sentido de personalidad únicos, siempre detectamos
ciertos matices que se parecen mucho a los unos a los otros.
¿Qué
es?
La personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una
persona y que la diferencian de las demás.
Hay franjas comunes dentro de esa personalidad y
detectar esas similitudes es muy útil tanto como para conocer mejor al
individuo como para predecir su conducta, esto es algo que llevamos haciendo
desde hace muchísimo tiempo de forma intuitiva, siempre hemos escuchado esa
expresión de te pareces a tu abuelo o actúas como tu padre refiriéndose a nuestro
comportamiento.
Además, siempre buscamos la forma más simple de
definir a los demás, pero en esa definición buscamos abarcar lo máximo posible
sobre esa persona, por ejemplo, si decimos que una persona es amable nos hacemos
ideas de cómo es esa persona al establecerle un adjetivo calificativo.
En la psicología surge el modelo de rasgos qué es una
forma de entender la personalidad en base a conductas estables y consistentes
en el espacio y en el tiempo que definen a una persona y que se pueden
clasificar en diferentes rasgos, que además pueden llevar a ser predecibles.
El modelo de los 5 Grandes o modelo Ocean
El modelo de los cinco grandes (The big five model)
consiste en una clasificación de la personalidad en cinco grandes dimensiones.
El primero en mencionar un posible modelo de
personalidad basado en factores predecibles fue Thurstone, en su discurso frente
a la Asociación
Americana de Psicología (APA) en 1933, aunque la historia de
cómo se elaboró esta teoría es un poco más larga.
La teoría que conforma el “Modelo de los cinco
grandes” nace a raíz de diversos estudios que trataban de averiguar cuáles son
los factores y desencadenantes para explicar la personalidad de las personas. Este modelo nace en el
año 1933 pero no se consolidaría como teoría hasta el año 1993, de hecho, es
esta teoría la que ha desembocado en distintos tests que sirven para evaluar y
medir los rasgos y características de la personalidad.
Según Goldberg, los cinco grandes rasgos de
personalidad, también llamados factores principales, reciben los siguientes
nombres:
factor
O (apertura a
las nuevas experiencias)
factor
C (responsabilidad)
factor
E (extroversión)
factor A (amabilidad)
factor
N (neuroticismo o
inestabilidad emocional)
Formando así el acrónimo “OCEAN”.
Apertura a la experiencia
El primer rasgo que identificamos en este modelo es la
apertura a la experiencia, acuñado como el Factor O. Este rasgo está totalmente
relacionado con la capacidad
humana de buscar nuevas experiencias en nuestra vida, así mismo también
tiene que ver con la habilidad de visualizar un futuro de forma creativa.
Las personas con un nivel elevado de apertura a la
experiencia son perfiles imaginativos, que aprecian la cultura y que consiguen establecer relaciones cooperativas con los demás.
Este tipo de personas persiguen el cambio continuo ya que están seguras de que
si se aferran a ideas fijas significa aferrarse al inmovilismo y a la quietud.
Responsabilidad
Esta dimensión puede ser descrita como la tendencia de
una persona a controlar sus impulsos y a actuar de maneras socialmente
aceptables. Podríamos hablar de un comportamiento dirigido a metas. Las
personas concienzudas sobresalen en su habilidad para retrasar la satisfacción,
planear y organizar eficazmente. Alguien que tenga una puntuación alta en este
factor es probable que tenga éxito en los estudios y en su carrera profesional
ya que perseguirá sus metas con determinación y premeditación. Por el
contrario, una persona que con baja puntuación en esta dimensión será mucho más
propensa a postergar esfuerzos, a ser huidiza, impetuosa e impulsiva.
Extraversión
La extraversión tiene que ver con el grado en el
que el sujeto está abierto con los
demás, es decir, el factor E analiza cuánto le agrada a un sujeto estar
rodeado de los demás.
Esta dimensión procura identificar el nivel de
comodidad del individuo en las relaciones. A priori, ser extrovertido o
introvertido no es ni bueno ni malo, simplemente disfrutan del contacto social
de manera distinta. Los extrovertidos tienden a ser gregarios, asertivos y
sociables mientras que los introvertidos tienden a ser reservados, tímidos y
callados.
Amabilidad
La amabilidad es el rasgo que muestra el grado de tolerancia y respeto de una persona. Una
persona amable será aquélla que confía en la honestidad de la palabra, su
vocación es prestar la ayuda a aquellos que lo necesiten.
Esta dimensión se refiere a la propensión de un
individuo a ceder ante otros. Las personas altamente amables/agradables son empáticas,
cooperativas, cálidas y confiadas. Las personas que obtienen una puntuación
baja suelen mostrarse más frías, desagradables y antagónicas.
Estabilidad emocional
Esta dimensión, también conocida como neuroticismo,
señala la capacidad de una persona para soportar situaciones de estrés. Las
personas con puntuaciones altas en neuroticismo generalmente van a mostrar
ansiedad, preocupación y baja autoestima. Tienen tendencia a enojarse con
facilidad y suelen ser personas más inseguras. En el polo opuesto, las personas
con puntuaciones bajas en neuroticismo tienen una mayor estabilidad emocional y,
por tanto, tienden a ser calmadas y seguras de sí mismas.
La estabilidad emocional es la resiliencia con la que una persona afronta
las situaciones problemáticas en la vida, los individuos tranquilos no
suelen sentir rabia y huyen del enfado, su estado es animado y saben gestionar
correctamente las crisis personales.
Conclusión
El comportamiento de las
personas en un entorno y contextos determinados no puede tratarse como una
ciencia exacta, sin embargo, existen diferencias interindividuales y una gran
cantidad de factores del entorno que inciden directamente en nuestra conducta.
En cualquier caso, este modelo resulta de utilidad a la hora de predecir cómo
se comportan las personas ante determinadas situaciones y ambientes. Además, a nivel
individual, conocer estas cinco dimensiones puede servirnos para mejorar
nuestro autoconocimiento y con ello identificar las áreas en las que debemos
esforzarnos más. Siempre existe margen de mejora, aunque se debe asumir
que cambiar no suele ser nada fácil.
Rayan Muepaz
Psicólogo y Escritor
Contactos:
Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website
WhatsApp: https://wa.link/5ipio5
No hay comentarios:
Publicar un comentario