martes, 1 de diciembre de 2020

PERSONALIDAD (Los 5 grandes rasgos)

 

La palabra personalidad proviene de la palabra “persona” que era las máscaras que se ponían los actores de teatro griego y romano para representar sus papeles, pero el término de personalidad proviene de la palabra latín medieval personalistas que significa no sólo lo que muestra la apariencia de la máscara, sino también todo lo que hay detrás de ella.

La personalidad implica todo lo que el individuo siente y percibe, lo que piensa, valora e interpreta y cómo actúa (comportamiento), es decir, la personalidad es lo que el individuo siente, piensa y hace, y al ser tan amplio el espectro conductual el abanico de posibilidades es infinito, existiendo tantas personalidades, como personas existen en el mundo y existirán y aun así desde siempre el ser humano ha querido definir y clasificar las personalidades, aunque seamos en ese sentido de personalidad únicos, siempre detectamos ciertos matices que se parecen mucho a los unos a los otros.

¿Qué es?

La personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y que la diferencian de las demás

Hay franjas comunes dentro de esa personalidad y detectar esas similitudes es muy útil tanto como para conocer mejor al individuo como para predecir su conducta, esto es algo que llevamos haciendo desde hace muchísimo tiempo de forma intuitiva, siempre hemos escuchado esa expresión de te pareces a tu abuelo o actúas como tu padre refiriéndose a nuestro comportamiento.

Además, siempre buscamos la forma más simple de definir a los demás, pero en esa definición buscamos abarcar lo máximo posible sobre esa persona, por ejemplo, si decimos que una persona es amable nos hacemos ideas de cómo es esa persona al establecerle un adjetivo calificativo.

En la psicología surge el modelo de rasgos qué es una forma de entender la personalidad en base a conductas estables y consistentes en el espacio y en el tiempo que definen a una persona y que se pueden clasificar en diferentes rasgos, que además pueden llevar a ser predecibles.

El modelo de los 5 Grandes o modelo Ocean

El modelo de los cinco grandes (The big five model) consiste en una clasificación de la personalidad en cinco grandes dimensiones.

El primero en mencionar un posible modelo de personalidad basado en factores predecibles fue Thurstone, en su discurso frente a la Asociación Americana de Psicología (APA) en 1933, aunque la historia de cómo se elaboró esta teoría es un poco más larga.

La teoría que conforma el “Modelo de los cinco grandes” nace a raíz de diversos estudios que trataban de averiguar cuáles son los factores y desencadenantes para explicar la personalidad de las personas. Este modelo nace en el año 1933 pero no se consolidaría como teoría hasta el año 1993, de hecho, es esta teoría la que ha desembocado en distintos tests que sirven para evaluar y medir los rasgos y características de la personalidad.

Según Goldberg, los cinco grandes rasgos de personalidad, también llamados factores principales, reciben los siguientes nombres: 

factor O (apertura a las nuevas experiencias)

factor C (responsabilidad)

factor E (extroversión)

factor A (amabilidad)

factor N (neuroticismo o inestabilidad emocional)

Formando así el acrónimo “OCEAN”.

Apertura a la experiencia

El primer rasgo que identificamos en este modelo es la apertura a la experiencia, acuñado como el Factor O. Este rasgo está totalmente relacionado con la capacidad humana de buscar nuevas experiencias en nuestra vida, así mismo también tiene que ver con la habilidad de visualizar un futuro de forma creativa.

Las personas con un nivel elevado de apertura a la experiencia son perfiles imaginativos, que aprecian la cultura y que consiguen establecer relaciones cooperativas con los demás. Este tipo de personas persiguen el cambio continuo ya que están seguras de que si se aferran a ideas fijas significa aferrarse al inmovilismo y a la quietud.

Responsabilidad

Esta dimensión puede ser descrita como la tendencia de una persona a controlar sus impulsos y a actuar de maneras socialmente aceptables. Podríamos hablar de un comportamiento dirigido a metas. Las personas concienzudas sobresalen en su habilidad para retrasar la satisfacción, planear y organizar eficazmente. Alguien que tenga una puntuación alta en este factor es probable que tenga éxito en los estudios y en su carrera profesional ya que perseguirá sus metas con determinación y premeditación. Por el contrario, una persona que con baja puntuación en esta dimensión será mucho más propensa a postergar esfuerzos, a ser huidiza, impetuosa e impulsiva.

Extraversión

La extraversión tiene que ver con el grado en el que el sujeto está abierto con los demás, es decir, el factor E analiza cuánto le agrada a un sujeto estar rodeado de los demás.

Esta dimensión procura identificar el nivel de comodidad del individuo en las relaciones. A priori, ser extrovertido o introvertido no es ni bueno ni malo, simplemente disfrutan del contacto social de manera distinta. Los extrovertidos tienden a ser gregarios, asertivos y sociables mientras que los introvertidos tienden a ser reservados, tímidos y callados.

Amabilidad

La amabilidad es el rasgo que muestra el grado de tolerancia y respeto de una persona. Una persona amable será aquélla que confía en la honestidad de la palabra, su vocación es prestar la ayuda a aquellos que lo necesiten.

Esta dimensión se refiere a la propensión de un individuo a ceder ante otros. Las personas altamente amables/agradables son empáticas, cooperativas, cálidas y confiadas. Las personas que obtienen una puntuación baja suelen mostrarse más frías, desagradables y antagónicas.

Estabilidad emocional

Esta dimensión, también conocida como neuroticismo, señala la capacidad de una persona para soportar situaciones de estrés. Las personas con puntuaciones altas en neuroticismo generalmente van a mostrar ansiedad, preocupación y baja autoestima. Tienen tendencia a enojarse con facilidad y suelen ser personas más inseguras. En el polo opuesto, las personas con puntuaciones bajas en neuroticismo tienen una mayor estabilidad emocional y, por tanto, tienden a ser calmadas y seguras de sí mismas.

La estabilidad emocional es la resiliencia con la que una persona afronta las situaciones problemáticas en la vida, los individuos tranquilos no suelen sentir rabia y huyen del enfado, su estado es animado y saben gestionar correctamente las crisis personales.

Conclusión

El comportamiento de las personas en un entorno y contextos determinados no puede tratarse como una ciencia exacta, sin embargo, existen diferencias interindividuales y una gran cantidad de factores del entorno que inciden directamente en nuestra conducta. En cualquier caso, este modelo resulta de utilidad a la hora de predecir cómo se comportan las personas ante determinadas situaciones y ambientes. Además, a nivel individual, conocer estas cinco dimensiones puede servirnos para mejorar nuestro autoconocimiento y con ello identificar las áreas en las que debemos esforzarnos más. Siempre existe margen de mejora, aunque se debe asumir que cambiar no suele ser nada fácil.

Rayan Muepaz

Psicólogo y Escritor

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