jueves, 6 de mayo de 2021

MIEDO A DORMIR, ¿Qué es y Cómo superarlo?

 

Desde el inicio de la pandemia, son más habituales las personas que padecen trastornos de sueño, especialmente de insomnio, derivando en casos de personas con un miedo irracional a ir a dormir, lo cual hace que vaya creciendo un temor irreal a la hora de meterse en la cama hasta el amanecer o hasta que el cansancio los consuma.

Pero, ¿Qué es lo que les ocurre a estas personas? Y, más aún, ¿por qué les ocurre?

El miedo irracional y excesivo a dormir, de una forma amplia, a quedarse dormido, de manera que la persona llega a sufrir hasta crisis de pánico por miedo a que deje de respirar durante el sueño o no se despierte después del mismo.

De esta manera, estas personas asocian dormir con una posible muerte y ya que, obviamente, desean seguir viviendo, esto acabará produciendo insomnio...

Este temor a conciliar el sueño se le conoce con diferentes nombres: Somnifobia, Hipnofobia, Clinofobia, Oneirofobia.

Las personas que sufren de este trastorno, comienzan a mostrar un franco deterioro de su salud mental, emocional y físico debido a las noches de vigilia.

Causas del miedo a dormir

No están bien categorizadas, en cualquier caso, podríamos mencionar las siguientes:

Alteraciones del sueño: insomnio psicofisiológico, terrores nocturnos, pesadillas.

Ansiedad o estrés.

Trastornos depresivos recurrentes no tratados anteriormente.

Trastornos de la respiración durante el sueño como las apneas (la respiración de ralentiza o detiene por repetidas veces).

Experiencias traumáticas pasadas que son generadoras de una potente ansiedad la cual a su vez produce una alteración del sueño el cual, a su vez, produce más ansiedad y se entra en un ciclo nocivo al tratar de dormir.

 

Síntomas

La aparición de la sintomatología se da al irse a la cama, aunque, en muchos casos, puede iniciarse incluso horas antes de que esto ocurra por un proceso de ansiedad anticipatoria.

Entre los síntomas hallamos físicos, hallamos:

Disnea o hiperventilación

Sudoración excesiva

Debilitamiento del sistema inmunológico

Temblores, Tensión muscular

Cansancio excesivo durante el día

Dolor de cabeza y náuseas

Vértigo

Y, entre los síntomas psicológicos, se encuentran:

Cambios de humor repentinos

Dificultad para concentrarse y prestar atención

Elevados niveles de ansiedad y ansiedad nocturna

Insomnio de conciliación e intermitente

Paramnesias (Alteración de la memoria que se caracteriza por la distorsión de los recuerdos).

Evitación de ir a la cama

Pero, ¿a qué tenemos miedo realmente?

A perder el control. Al dormir dejas de tener el control, tanto de ti mismo como de tu entorno, ya que tus músculos se relajan, pero no así tu cerebro que te sigue manteniendo con vida puesto que, en ningún momento, pierde el control y sigue realizando todas las funciones vitales necesarias para seguir viviendo. Pero, de la misma manera que ante una anestesia, tienes miedo de “desconectarte” de ti mismo y del entorno por este miedo a no tener el control de tu vida, en ambos casos, unimos dormir-morir.

A lo desconocido. No es más que una extensión de lo anterior. También les ocurre a las personas que suelen tener terrores nocturnos o pesadillas y el hecho de no saber si esa noche, también, lo van a pasar mal, supone un desencadenante más del miedo a dormir.

A la soledad. El hábito de dormir y, especialmente, el de dormir sólo se adquiere durante la infancia. Sin embargo, cuando eres pequeño y despiertas en una habitación a oscuras y solo, tomas consciencia de la soledad de ese momento en concreto que se acaba al irse a la cama de los padres. De adultos, el despertar de noche en la oscuridad, nos une a este mismo sentimiento de soledad, pero ya teniendo presente que no podemos correr a la habitación de los padres con lo cual se genera ansiedad y tristeza.

A la muerte. Como forma superlativa de pérdida de control ante lo desconocido y miedo de ir a la cama y no despertar al día siguiente. Además, en nuestra sociedad, hasta antes de la llegada de la pandemia, y aun así hablar de la muerte era considerado casi un tabú. Incluso, cuando eres más joven, piensas que esto de la muerte les ocurre a otros pero que, de cualquier modo, es vivido con miedo, rechazo, sensación de incomodidad.

¿Qué Hacer?

Sigue unas rutinas. toma un baño templado, cena algo ligero, espera un par de horas, lee algo, realiza ejercicios de relajación o distráete….

Evita las siestas. Aunque te estés cayendo de sueño, hay que evitarlas y sustituirlas por actividades que te aporten algún valor.

Usa elementos que te relajen. Lectura, luz tenue, sonido bajo, aromas, música energética y relajante, etc…

Respeta los horarios: ve siempre a la cama a la misma hora, aunque no tengas sueño y levántate siempre a la misma hora, aunque tengas mucho sueño.

Si mientras estás en la cama no puedes dormir, levántate, da un paseo por la casa, bebe un poco de agua, ni alcohol, ni café ni té, ni bebidas azucaradas o hazte una infusión o ponte una película aburrida o lee ese libro que nunca terminaste..

Haz ejercicio físico unas horas antes de irte a la cama (mínimo 30 minutos).

Recuerda que tu habitación debe ser un lugar cómodo, a una temperatura adecuada, ni mucho frío, ni mucho calor y estar completamente a oscuras. Y, finalmente, reserva la habitación sólo para el sueño.

Recibe un abrazo de mi parte.

Psic. Rayan Muepaz

Fundador del Proyecto Nueva Psicología

Contactos:

Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website

WhatsApp: https://wa.link/5ipio5



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