Desde el inicio de la pandemia, son más habituales las
personas que padecen trastornos de
sueño, especialmente de insomnio, derivando en casos de personas con
un miedo irracional a ir a dormir, lo cual hace que vaya creciendo
un temor irreal a la hora de meterse en la cama hasta el amanecer o hasta que
el cansancio los consuma.
Pero, ¿Qué es lo que les ocurre a estas personas? Y, más aún, ¿por qué les ocurre?
El miedo irracional y excesivo a dormir, de una forma amplia, a quedarse dormido, de manera
que la persona llega a sufrir hasta crisis de pánico por miedo a que deje de
respirar durante el sueño o no se despierte después del mismo.
De esta manera, estas personas asocian dormir con una
posible muerte y ya que, obviamente, desean seguir viviendo, esto acabará
produciendo insomnio...
Este temor a conciliar el sueño se le conoce con
diferentes nombres: Somnifobia, Hipnofobia, Clinofobia, Oneirofobia.
Las personas que sufren de este trastorno, comienzan a
mostrar un franco deterioro de su salud mental, emocional y físico debido a las
noches de vigilia.
Causas del miedo a dormir
No están bien categorizadas, en cualquier caso, podríamos
mencionar las siguientes:
Alteraciones del sueño: insomnio psicofisiológico,
terrores nocturnos, pesadillas.
Ansiedad o estrés.
Trastornos depresivos recurrentes no tratados
anteriormente.
Trastornos de la respiración durante el sueño como las
apneas (la
respiración de ralentiza o detiene por repetidas veces).
Experiencias traumáticas pasadas que son generadoras
de una potente ansiedad la cual a su vez produce una alteración del sueño el
cual, a su vez, produce más ansiedad y se entra en un ciclo nocivo al tratar de
dormir.
Síntomas
La aparición de la sintomatología se da al irse a la cama,
aunque, en muchos casos, puede iniciarse incluso horas antes de que esto ocurra
por un proceso de ansiedad anticipatoria.
Entre
los síntomas hallamos físicos, hallamos:
Disnea
o hiperventilación
Sudoración
excesiva
Debilitamiento
del sistema inmunológico
Temblores,
Tensión muscular
Cansancio
excesivo durante el día
Dolor
de cabeza y náuseas
Vértigo
Y,
entre los síntomas psicológicos,
se encuentran:
Cambios
de humor repentinos
Dificultad
para concentrarse y prestar atención
Elevados
niveles de ansiedad y ansiedad nocturna
Insomnio
de conciliación e intermitente
Paramnesias (Alteración de la memoria que se
caracteriza por la distorsión de los recuerdos).
Evitación de ir a la cama
Pero, ¿a qué tenemos miedo realmente?
A perder el control. Al dormir dejas de tener el control, tanto de ti mismo
como de tu entorno, ya que tus músculos se relajan, pero no así tu cerebro que
te sigue manteniendo con vida puesto que, en ningún momento, pierde el control
y sigue realizando todas las funciones vitales necesarias para seguir viviendo.
Pero, de la misma manera que ante una anestesia, tienes miedo de “desconectarte”
de ti mismo y del entorno por este miedo a no tener el control de tu vida, en
ambos casos, unimos dormir-morir.
A lo desconocido. No es más que una extensión de lo anterior. También les
ocurre a las personas que suelen tener terrores nocturnos o
pesadillas y el hecho de no saber si esa noche, también, lo van a pasar mal,
supone un desencadenante más del miedo a dormir.
A la soledad. El hábito de dormir y, especialmente, el de dormir
sólo se adquiere durante la infancia. Sin embargo, cuando eres pequeño y
despiertas en una habitación a oscuras y solo, tomas consciencia de la soledad
de ese momento en concreto que se acaba al irse a la cama de los padres. De
adultos, el despertar de noche en la oscuridad, nos une a este mismo
sentimiento de soledad, pero ya teniendo presente que no podemos correr a la
habitación de los padres con lo cual se genera ansiedad y tristeza.
A la muerte. Como forma superlativa de pérdida de control ante lo
desconocido y miedo de ir a la cama y no despertar al día siguiente. Además, en
nuestra sociedad, hasta antes de la llegada de la pandemia, y aun así hablar de la muerte era considerado casi un tabú. Incluso, cuando eres más joven, piensas que esto de la muerte les
ocurre a otros pero que, de cualquier modo, es vivido con miedo, rechazo,
sensación de incomodidad.
¿Qué Hacer?
Sigue unas rutinas. toma un baño templado, cena algo ligero, espera un
par de horas, lee algo, realiza ejercicios de relajación o distráete….
Evita las siestas. Aunque te estés cayendo de sueño, hay que evitarlas
y sustituirlas por actividades que te aporten algún valor.
Usa elementos que te relajen. Lectura, luz tenue, sonido bajo, aromas, música energética
y relajante, etc…
Respeta los horarios: ve siempre a la cama a la misma hora, aunque no tengas
sueño y levántate siempre a la misma hora, aunque tengas mucho sueño.
Si mientras estás en la cama no puedes dormir,
levántate, da un paseo por la casa, bebe un poco de agua, ni alcohol, ni café ni té, ni bebidas azucaradas o hazte una
infusión o ponte una película aburrida o lee ese libro que nunca
terminaste..
Haz ejercicio físico unas horas antes de irte a la cama (mínimo 30
minutos).
Recuerda que tu habitación debe ser un lugar cómodo, a
una temperatura adecuada, ni mucho frío, ni mucho calor y estar completamente a
oscuras. Y, finalmente, reserva la habitación sólo para el sueño.
Recibe un abrazo de mi parte.
Psic. Rayan Muepaz
Fundador del Proyecto Nueva Psicología
Contactos:
Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website
WhatsApp:
https://wa.link/5ipio5
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