En algún momento de nuestra vida, la mayoría de nosotros, hemos experimentado en mayor
o menor medida este tipo de cualidades,
por mucho que nos cueste reconocerlo.
Por un lado, el Ego, ese sentimiento que
consigue que nos volvamos alguien que no somos, ya que nos marca límites a la hora de intercambiar ideas,
opiniones y pensamientos con la gente de nuestro entorno. Y, por otro lado,
está el Orgullo, relacionado a la consecución de méritos personales,
aunque a veces actúa como obstáculo en
nuestro ser y, por si fuera poco, alimenta aún más el ego. Esto
pasa porque se genera un sentimiento de temor a la hora de aceptar los errores
y desaciertos. Asimismo, el ego también nutre al orgullo, ya que cuando uno
cree ser mejor es ciertas áreas de la vida y “lo puede demostrar”, el orgullo genera una satisfacción personal,
que el ego lo refleja en la forma en cómo se percibe antes los demás.
En este contexto, existe una gran diferencia
entre ambos conceptos, aunque en muchas ocasiones las personas los empleen
de manera similar. La diferencia principal es que, por un lado, el ego se
refiere a la manera en la que un individuo se percibe así mismo, es
decir cómo piensa, siente o se diferencia del resto. Y, por otro lado, el
orgullo hace referencia a la sensación que una persona
experimenta después de alcanzar el éxito de uno mismo o de alguien
más. No obstante, estos dos términos están interconectados, ya que
hacen referencia al estado mental del ser humano.
Apreciado
lector, en este artículo te proponemos las claves para saber diferenciar el ego del orgullo.
¿Qué es el Ego?
El ego es una cualidad que vive dentro de
todos nosotros y en nuestro subconsciente. Se refiere a
la manera en la que una persona piensa o se siente sobre sí mismo,
además de la conciencia que uno tiene. Por lo tanto, el ego es un impulso
o fuerza autoprotector, aunque, en ocasiones, sobrepasa unos
límites, expresando arrogancia o avaricia.
A veces, se refieren a él como autoestima. No
obstante, el ego es el responsable de mostrar su identidad personal. Es decir,
es yo, yo y yo. Los aspectos negativos como el orgullo
excesivo, la vanidad, también se asocian con el ego, ya que cuando uno piensa
demasiado en uno mismo, se puede decir que tiene un ego superior al de una
persona que también piensa en los demás. Poseer un ego tan fuerte puede
ocasionar el deterioro de las relaciones personales, ya que las
personas que lo sufren no son capaces de pedir perdón cuando
hieren a alguien solo por no dañar su ego. En este contexto, se
puede decir que el ego exagerado produce un efecto negativo en las personas. No
obstante, puede considerarse positivo si la persona que lo cultiva, lo hace con
la intención de buscar ser ‘Su Mejor
Versión’.
¿Qué es el Orgullo?
En nuestro día a día, muchas son las veces que escuchamos a la gente decir
“que orgulloso es tal persona” o “es que soy muy orgulloso”, entre otras. Por
otro lado, a menudo se dice que debemos tragarnos el orgullo en ciertos
momentos. Pero… ¿nunca nos han explicado de manera explícita lo que es el
orgullo?
El orgullo está relacionado con la atribución de tus
propios méritos, capacidades y logros en base a lo que consideras acciones de
superación y crecimiento personal. Hace referencia a la manera en la que una
persona se siente satisfecha por haber cumplido la meta fijada.
En este sentido tiene que ver con la satisfacción, el
placer y el valor personal. En definitiva, el orgullo es una sensación que se
puede ver de manera positiva o negativa. Si se toma como un rasgo positivo, la
motivación, la autoconfianza, ser congruente y el valor personal. Por
el contrario, si se toma como un aspecto negativo, puede llegar a repercutir en
las relaciones interpersonales.
Como puedes leer, explicar lo que es el orgullo
tampoco es tarea fácil. Aun así, entre todas las definiciones posibles con las
que nos podemos encontrar, nos encontramos con las dos primeras que nos ofrece
la RAE:
1. “Sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona se siente concernida”
2. “Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimiento de superioridad”
En definitiva, el orgullo proporciona estabilidad a
largo plazo, ya que es una inversión en uno mismo. Por este motivo, siempre has
de apostar por él, aunque siempre teniendo calibración social.
Es fundamental que te sientas orgulloso de los logros
que consigues, pero también es esencial que sepas aprender de tus errores
o cuando no haces las cosas bies, es decir, saber reconocer cada lección
de vida. Si tienes en cuenta estos aspectos tu crecimiento personal irá en
ascenso.
Diferencias entre ego y orgullo
La principal diferencia entre estos dos términos radica
en que el ego es una sensación de importancia personal, que en ocasiones lleva
a la arrogancia, mientras que el orgullo es la sensación de satisfacción. Como
se ha señalado con anterioridad son conceptos que están interconectados y
diferenciarlos resulta bastante complejo.
Aunque haya personas que relacionen el ego con
autoestima, lo cierto es que se refiere a una sensación de superioridad, que a
veces se evidencia hacia los demás. En este sentido, aunque no sea de manera
consciente, lleva a la arrogancia. Una persona que solo piensa en sí misma y
nunca en los demás, tiene el ego nocivo y lo único que genera es una relación
negativa con el resto de las personas.
Sin embargo, el orgullo se relaciona con la
satisfacción que se experimenta cuando una persona ha logrado unos objetivos,
también cuando lo ha logrado alguien de tu entorno. En este caso, la relación
que se genera es positiva y saludable, ya que las personas se alegran por el
propio bien, pero también por el ajeno.
Y tú, ¿Qué opinas al respecto? ¿Qué te gustaría cultivar
en tu personalidad el ego o el orgullo?
¡Déjanoslo en comentarios!
Recibe un abrazo de mi parte.
Psi. Rayan Muepaz
Fundador del Proyecto Nueva Psicología
Contactos:
Sitio Web: https://rayanmuepazrm.wixsite.com/website
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