Hace casi 2 años atrás la pandemia asolo a todo el
mundo y desde entonces hemos experimentado un sinnúmero de cambios, pero sobre
todo nos vimos en la necesidad utilizar diferentes medidas de protección y bioseguridad,
como el uso de mascarilla o cubrebocas como la principal medida de salvaguardar
la vida.
Sin embargo, desde hace un mes atrás en varios países
se declaró que la mascarilla ya no era de uso obligatorio y a pesar de ser lo más
esperado por muchas personas, ha
surgido un nuevo problema: el síndrome de la cara vacía, el malestar y
la angustia por llevar la nariz y la boca sin protección, destapadas.
Aunque la mascarilla se deba de seguir usando en
espacios cerrados y cuando no podamos mantener la distancia de seguridad, la
mayoría de las personas ya han experimentado la sensación de ir sin mascarilla
por las calles. Sin embargo, ese
gran deseo de muchos se ha convertido en la pesadilla de otros.
¿Qué
es el síndrome de la cara vacía?
El síndrome de la cara vacía, así se ha denominado al
miedo y la inseguridad que experimentamos por ir sin mascarilla por la calle.
¿La razón? Nos hemos acostumbrado a llevar la mascarilla por más de un año y medio para
protegernos del virus y así evitar contagiar a los demás, que ahora nos resulta
difícil sentir seguridad sin el uso de la misma. Ahora que ya nos la podemos
quitar, nos sentimos desnudos e inseguridad y eso se traduce en
estrés, ansiedad y malestar, algo que ha afectado a más personas de las que
creemos.
¿Cómo puedo saber si sufro el síndrome de la cara
vacía?
Este síndrome provoca: nerviosismo,
inquietud, aislamiento social y síntomas agorafóbicos al quitarse la
mascarilla.
Varios profesionales de la salud mental manifiestan
que el síndrome de la cara vacía “NO es
una patología en sí misma, sino que agrupa síntomas que están
relacionados con alteraciones emocionales, sobre todo, del tipo ansioso”
Las tres características más
frecuentes para reconocer que tenemos el síndrome de la cara vacía son:
Miedo a contagiarse o contagiar.
Sensación de inseguridad al no llevar la mascarilla.
Sentirnos
incómodos si
interactuamos con alguien que no la lleva.
Estas características son las que nos hacen darnos
cuenta de que tenemos miedo a quitarnos la mascarilla y a volver a tener
contacto social con las personas. Sin embargo, la aparición de este
síndrome se considera algo totalmente normal, debido a que nos hemos acostumbrado
a utilizarla como un proceso de adaptación a la “nueva normalidad”.
La mascarilla es una prenda fundamental para no
traspasar el virus a las personas, pero también impide que mostremos
nuestras emociones al ocultar una gran parte de nuestra cara que es
fundamental para la comunicación no verbal y esto también puede suponer
una sobreexposición al quitarla que genera ansiedad.
¿Cómo gestionar el síndrome de la cara vacía?
Este síndrome no tiene tratamiento, sin embargo, se
puede tratar los síntomas que desarrollan, por ejemplo, si desarrollan entres y ansiedad sí que se
pueden tratar.
El objetivo es pasar de la
evitación al afrontamiento y para ello, existen algunas actividades que podemos realizar
para canalizar la exposición de no llevar mascarilla.
Quitar la obligatoriedad de
la mascarilla en exteriores, por ejemplo, en espacios verdes, ha generado un
beneficio para la salud mental y emocional de la gente, por el simple hecho de que ver la cara de
las personas y percibir sus gestos y expresiones facilita la cercanía y la
interacción personal.
Conclusión
La mascarilla ha sido nuestro gran aliado para poder
sobrevivir a este año, pero, aunque nos proteja, también nos
distancia. No obstante, a pesar de que para algunas personas quitarse
la mascarilla les parece un acto irresponsable o incluso generen el síndrome de la cara vacía, lo que
está claro es que, dependiendo del contexto y el lugar, debemos buscar espacios
abiertos, sobre todo entornos naturales que nos permitan de vez en cuando experimentar
de mejor manera nuestras relaciones interpersonales y con ello canalizar
nuestras emociones.
En definitiva, la vida es muy distinta a como la
conocíamos y adaptarnos a una normalidad diferente a la que hemos vivido
durante toda nuestra vida es un
proceso largo pero que se puede superar.
Recibe un abrazo de mi parte.
Psi. Rayan Muepaz
Director del Proyecto Nueva Psicología
Fundador del Instituto 'RID'
Contactos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario