martes, 20 de julio de 2021

SÍNDROME DE LA CARA VACÍA

 

Hace casi 2 años atrás la pandemia asolo a todo el mundo y desde entonces hemos experimentado un sinnúmero de cambios, pero sobre todo nos vimos en la necesidad utilizar diferentes medidas de protección y bioseguridad, como el uso de mascarilla o cubrebocas como la principal medida de salvaguardar la vida.

Sin embargo, desde hace un mes atrás en varios países se declaró que la mascarilla ya no era de uso obligatorio y a pesar de ser lo más esperado por muchas personas, ha surgido un nuevo problema: el síndrome de la cara vacía, el malestar y la angustia por llevar la nariz y la boca sin protección, destapadas.

Aunque la mascarilla se deba de seguir usando en espacios cerrados y cuando no podamos mantener la distancia de seguridad, la mayoría de las personas ya han experimentado la sensación de ir sin mascarilla por las calles. Sin embargo, ese gran deseo de muchos se ha convertido en la pesadilla de otros.

¿Qué es el síndrome de la cara vacía?

El síndrome de la cara vacía, así se ha denominado al miedo y la inseguridad que experimentamos por ir sin mascarilla por la calle.

¿La razón? Nos hemos acostumbrado a llevar la mascarilla por más de un año y medio para protegernos del virus y así evitar contagiar a los demás, que ahora nos resulta difícil sentir seguridad sin el uso de la misma. Ahora que ya nos la podemos quitar, nos sentimos desnudos e inseguridad y eso se traduce en estrés, ansiedad y malestar, algo que ha afectado a más personas de las que creemos.

¿Cómo puedo saber si sufro el síndrome de la cara vacía?

Este síndrome provoca:  nerviosismo, inquietud, aislamiento social y síntomas agorafóbicos al quitarse la mascarilla. 

Varios profesionales de la salud mental manifiestan que el síndrome de la cara vacía “NO es una patología en sí misma, sino que agrupa síntomas que están relacionados con alteraciones emocionales, sobre todo, del tipo ansioso”

Las tres características más frecuentes para reconocer que tenemos el síndrome de la cara vacía son:

Miedo a contagiarse o contagiar.

Sensación de inseguridad al no llevar la mascarilla. 

Sentirnos incómodos si interactuamos con alguien que no la lleva.

Estas características son las que nos hacen darnos cuenta de que tenemos miedo a quitarnos la mascarilla y a volver a tener contacto social con las personas. Sin embargo, la aparición de este síndrome se considera algo totalmente normal, debido a que nos hemos acostumbrado a utilizarla como un proceso de adaptación a la “nueva normalidad”.

La mascarilla es una prenda fundamental para no traspasar el virus a las personas, pero también impide que mostremos nuestras emociones al ocultar una gran parte de nuestra cara que es fundamental para la comunicación no verbal y esto también puede suponer una sobreexposición al quitarla que genera ansiedad.

¿Cómo gestionar el síndrome de la cara vacía?

Este síndrome no tiene tratamiento, sin embargo, se puede tratar los síntomas que desarrollan, por ejemplo, si desarrollan entres y ansiedad sí que se pueden tratar. 

El objetivo es pasar de la evitación al afrontamiento y para ello, existen algunas actividades que podemos realizar para canalizar la exposición de no llevar mascarilla.

Quitar la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, por ejemplo, en espacios verdes, ha generado un beneficio para la salud mental y emocional de la gente, por el simple hecho de que ver la cara de las personas y percibir sus gestos y expresiones facilita la cercanía y la interacción personal.

Conclusión

La mascarilla ha sido nuestro gran aliado para poder sobrevivir a este año, pero, aunque nos proteja, también nos distancia. No obstante, a pesar de que para algunas personas quitarse la mascarilla les parece un acto irresponsable o incluso generen el síndrome de la cara vacía, lo que está claro es que, dependiendo del contexto y el lugar, debemos buscar espacios abiertos, sobre todo entornos naturales que nos permitan de vez en cuando experimentar de mejor manera nuestras relaciones interpersonales y con ello canalizar nuestras emociones.

En definitiva, la vida es muy distinta a como la conocíamos y adaptarnos a una normalidad diferente a la que hemos vivido durante toda nuestra vida es un proceso largo pero que se puede superar. 

Recibe un abrazo de mi parte.

Psi. Rayan Muepaz

Director del Proyecto Nueva Psicología

Fundador del Instituto 'RID'

Contactos:

https://linktr.ee/rayanmuepaz.rm

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